A propósito de Riqui Puig

Riqui Puig es uno de los canteranos que el FC Barcelona ha presentado en Huesca

Riqui Puig es uno de los canteranos que el FC Barcelona ha presentado en Huesca / LALIGA

Rubén Uría

Rubén Uría

Paciencia o valentía. Que La Masia no se negocia no tiene discusión. Que los aficionados entienden que ese discurso necesita más hechos y menos palabras, también. Nostálgicos de aquella época en la que el Barça fabricaba Balones de Oro en vez de comprarlos, los socios demandan más cantera y menos cartera.

Desde Sergi Roberto en 2010, ningún canterano se instala en el primer equipo. Demasiado tiempo. De ahí nace el debate con la irrupción de Riki Puig, un perfume de buen fútbol, envasado en un físico liviano, ideal para el toque y poco propicio para el choque. Con este talento de guardería, hay dos posturas y un debate: a un lado, los que reclaman paciencia con el chico, porque aún no está hecho; al otro, los que creen que a los buenos jamás se les mira el DNI. Es la eterna decisión con la cantera: paciencia o valentía, esa es la cuestión. 

COFRADÍA CAPARRÓS CAMINO

A los pies de Don Joaquín, para sacarle bajo palio si hace falta, se coloca el núcleo duro del sevillismo. Su discurso no es el más elegante, pero es puro y en vena. Sus métodos no enamoran y sus números no se discuten: el curso pasado sumó 10 puntos de 12 posibles; en el presente, 12 de 15. Y aplicados al pulso con el Betis, los números aún mejoran: sólo ha perdido uno de los últimos doce. El derbi sevillano es un juego de once contra once en el que siempre gana el cofrade Caparrós.

EFECTO MORATA

Que Morata ha caído de pie en Chololandia es indiscutible. Tanto, como que cuando fichó tenía en contra a miles de aficionados que miraban su pasado y recelaban de su capacidad. Morata tuvo claro qué hacer: callar, trabajar y marcar. Combatió una crítica feroz, se ganó un sitio y en diez partidos, se ha metido al público en el bolsillo. Lleva cinco goles en diez partidos, ha vuelto a la selección y ha cambiado pitos por aplausos. Su fichaje fue un LQDS de manual: “Lo que diga Simeone”. El Cholo apuesta por él y Morata paga con goles.