La primera de las tres finales

El Barça necesita mucho más de Mirotic

El Barça necesita mucho más de Mirotic / EFE

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

BAÑO DE REALIDAD

Reconozco que no me esperaba que el Zenit de Xavi Pascual fuera capaz, de momento, de forzar un quinto partido al Barça. Sigo pensando que hay una enorme diferencia de calidad entre ambos conjuntos. Pero si algo nos ha enseñado esta serie, es que los tópicos lo son porque reflejan de manera nítida la realidad. Me refiero a frases hechas como: ”no hay rival pequeño”, o “si no juegas al 100% puedes perder contra cualquiera”. Ambas afirmaciones se muestran con crudeza en la enorme dificultad que está teniendo el Barça para alcanzar la Final Four. La gran virtud de Xavi Pascual radica en que está consiguiendo que la serie se dispute al ritmo que más le conviene, y también en lograr que sus jugadores rindan al límite de sus posibilidades.

Alcanzar ambos objetivos en un play off tan trascendente es, a priori, muy difícil de conseguir para cualquier equipo y, por tanto, hay que rendirse a la evidencia y reconocer que el Zenit lo está haciendo mucho mejor que el Barça. No obstante, y dicho lo anterior, nada implica que en el quinto partido Saras no le pueda ganar la partida a Xavi. No es momento de rasgarse las vestiduras, sino de ganar un partido en el Palau al Zenit. Así de sencillo. Si me hubieran dicho al inicio de la Euroliga que la clasificación del Barça para la Final Four dependería de ganar al Zenit, a partido único en el Palau, hubiera dicho que dónde había que firmar. Tres finales para levantar el título.

 EN LA CABEZA DE MIROTIC

Lo debe estar pasando fatal. Fichó por el Barça, y no por el Madrid, porque quería ser el referente de un equipo que, tras años de sequía, estaba configurando una plantilla espectacular que podía marcar época. Una presión tremenda, el foco mediático es su compañero de viaje, y cuando las cosas no le salen bien los nervios y la frustración deben ser enormes. Ahora está inmerso en una serie que se le atraganta, la ansiedad lo devora, y cuanto mejor quiere jugar, más precipitado e inseguro se muestra. Sin duda, un escenario mental difícil. Tampoco ayuda a Mirotic que, en general, el resto de sus compañeros tampoco están finos. Pienso que todo está relacionado.

El liderazgo del montenegrino es aceptado por los blaugranas y, si Mirotic no está fino, el equipo se tambalea. Un círculo vicioso diabólico. Aquí es dónde Jasikevicius ha de demostrar su ascendencia. Saras también, en su momento, tuvo el mismo rol que Mirotic y, por tanto, quién mejor que el técnico para aconsejar a su pupilo. No espero al mejor Mirotic en el encuentro definitivo. Pero estoy seguro de que veremos a un jugador más centrado. Debe transmitir seguridad a sus compañeros y liderarlos, más allá de si está acertado o no.