Sí, esta es la primera de una nueva era

La celebración de uno de los goles

La celebración de uno de los goles / VALENTI ENRICH

Albert Sáez

Albert Sáez

El equipo, lo hemos dicho muchas veces, solo tenía una posibilidad de sumar títulos esta temporada: conjugar la experiencia de los Messi, Piqué, Busquets y Alba para hacer estallar el talento de De Jong, Pedri, Dembelé e Ilaix. En la final de la Copa se materializó el milagro, especialmente en el tercer gol, con una serie de combinaciones entre Messi y De Jong que les permitieron atravesar el campo y dejar solo al astro argentino, tras dejar sentado a su marcador, ante el portero. La fórmula noqueó a los vascos y ha dado un primer fruto: el primer título de la era Koeman y, de rebote, de la era Laporta. La felicidad sobrevolaba ayer por encima de los jugadores, de la directiva y, lógicamente, de los aficionados.  

Esta victoria va a tener dos consecuencias inmediatas. La primera es que el equipo va afrontar con mucha más confianza el tramo final de la Liga, para la que va anecesitar toda la fuerza, todo el talento y toda la suerte del mundo. Y lo debe hacer ante un Atlético que va por delante y ante un Madrid que se crece en la Champions. La Copa tiene valor en sí misma, pero también en ese otro combate. El segundo impacto es sobre la renovación que está barruntando Laporta. Koeman gana enteros y Messi tiene más incentivos para quedarse: lidera un grupo que puede ser ganador. Seguro que eso anima al astro. Y facilita la tarea de retenerlo. Hoy tiene más sentido que hace un par de semanas. 

Y, para rematarlo, el primer título volvió a conectar con el Més que un club. Los jugadores desplegaron una pancarta que recordaba a las víctimas del Covid-19. Todo un detalle. Jornada, pues, redonda: buen juego, buen resultado, primer título de una nueva era, confirmación de la sociedad entre Messi y los jóvenes, defensa de los valores del club, inyección de moral para la Liga y más motivos para convencer a Messi. Una Copa no es mucho, pero no se le podía pedir más.