El presupuesto se dobla, la economía sufre mucho

Hoy no toca escribir de Neymar ni de Messi. Hoy queremos hablar de economía, un tema trascendente si tenemos en cuenta que los presupuestos de los clubs se han disparado en los últimos años. Hay que mirar mas allá del día a día para saber si el Barça puede seguir liderando una escalada financiera que alcanza límites peligrosos. Los socios del Barça continúan siendo los propietarios de la entidad, pero los rivales juegan en otra división patrimonial y la batalla es desigual. Los clubs más importantes del mundo se están convirtiendo en auténticas multinacionales. Muchos cotizan ya en bolsa. Algunos estados como Qatar (PSG) y Abu Dhabi (Manchester City) utilizan el deporte como bandera del país. Los fondos de inversión han entrado en el fútbol en busca de negocio. El Bayern ya tiene en su accionariado a empresas de primera fila, Audi, Adidas y Allianz. 

En los diecinueve años que llevamos del siglo XXI, el futbol ha experimentado un auge colosal y una expansión económica que supera las previsiones más optimistas. Un par de ejemplos para valorar la magnitud de este cambio espectacular.  En los últimos cinco años, desde que Bartomeu es presidente, el Barça ha doblado el presupuesto. La temporada 2014-2015 era de 539 millones y la 2019-2020 será de 1060 millones. Si nos remontamos al 2000, último año de la presidencia de Nuñez, el presupuesto entonces fue de 17.762 millones de pesetas, traducido en euros, 107 millones. En veinte años, el presupuesto barcelonista se ha multiplicado por diez. ¿Dónde está el límite? 

 El fútbol es el primer “show business” del mundo, el espectáculo de mas éxito en televisión y el que genera mas venta por merchandaising. El problema consiste en saber si el Barça puede seguir aumentando cada año un diez por ciento sus ingresos si tenemos en cuenta que los derechos de televisión no crecen, el patrocinio está muy explotado y precio de los carnets de socio son los mas baratos entre los grandes clubs. Hay que controlar la situación financiera, según fuentes de la auditoria la deuda real alcanza los 500 millones, aunque la cifra calculada en base a los criterios de la Liga está por debajo de los 200 millones. Si a estos números añadimos las obras del Espai Barça que fueron presupuestadas  en 600 millones y que cinco años después suben a 700, los problemas financieros aumentan. 

A la vista de estos datos y de la cuenta de resultados de la temporada 2019-2020 que solo ha generado un beneficio neto de 4,5 millones, la situación económica del Barça es comprometida ya que su escasa tesorería le obliga a financiarse con créditos para poder pagar una masa salarial de 650 millones a los jugadores. En la asamblea del 6 de octubre, la directiva de Bartomeu tiene que explicar a los socios la situación financiera real del club y la manera como quieren afrontar el coste del Espai Barça. Es bueno que la economía de los clubs crezca pero no a costa de un gasto inflacionista. No siempre ganan los que más ricos, el Liverpool fue campeón de la Champions con un presupuesto de 650 millones de euros.