El presidente del Barça mantiene el equilibrio

Bartomeu, durante la entrevista

Bartomeu, durante la entrevista / VALENTÍ ENRICH.

Ernest Folch

Ernest Folch

Bartomeu compareció en Barça TV a preguntas de los tres medios deportivos para aclarar muchos interrogantes que necesitaban respuestas concisas. Los tres directores hicimos las preguntas más candentes del momento, en las que mostró la que sin duda es su principal virtud: un tono tranquilo y nada crispado, que le permite surfear, sin grandes alardes verbales pero también sin caerse, sobre temas extremadamente peliagudos. Sobre Neymar, trató de elaborar un discurso que fuera a la vez digerible para Messi, los jugadores, el PSG, la parte de su junta contraria al fichaje y el socio del Barça: negó que los jugadores ordenaran el fichaje, dejó la puerta suficientemente abierta para seguir intentando su contratación en el futuro y admitió que él apostó para que el brasileño viniera. Fue poco creíble cuando explicó que Neymar era una mera “oportunidad de mercado”, un “extra” que en realidad no se necesitaba, y quiso dar siempre la sensación de que el que hizo propuestas concretas y habló de operaciones con intercambio de jugadores y dinero fue el propio PSG. Sobre Messi, sorprendió que admitiera abiertamente que puede irse a finales de esta misma temporada, pero se le vio muy tranquilo con el argumento de que Leo “es muy culé”, aunque no parece que este argumento vaya a ser suficiente para frenar las especulaciones. Tiene pinta de que, después del ‘culebrón Neymar’, se va a abrir el ‘culebrón Messi’, este sí mucho más inquietante para el socio culé. Sobre el espai Barça, dio la nueva cifra del presupuesto -685 millones- y aclaró que si no se ha hecho público el acuerdo para los ‘title rights’ es para lograr justamente un contrato mejor. Sobre la economía, rechazó que se hubieran traspasado las líneas rojas con la masa salarial, y repitió dos veces que los bancos y el mercado en general tenían una percepción de confianza y solidez respecto a la economía del club. Es evidente que el presidente sale con rasguños de la ‘operación Neymar’, que primero quiso negar (“no hay caso Neymar”) pero que ha tenido que terminar admitiendo abiertamente. Ahora le tocará recoser heridas internas, y su discurso prudente de ayer iba justamente en esta dirección. Una vez más, en un momento crítico, Bartomeu no se cae de la bicicleta y sigue manteniendo el equilibrio en el siempre diabólico sillín de la presidencia blaugrana.