El presidente debe tomar ahora el relevo

Messi

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Albert Sáez

Albert Sáez

Koeman, Messi y el equipo han hecho el trabajo. Contra todo y contra todos siguen vivos en la Liga y en la Copa. En Champions, solo esperan un milagro. Pero lo más importante es que han señalado el camino. Este Barça resurgirá si la columna vertebral de Messi, Busquets, Piqué, Sergi Roberto y Ter Stegen es capaz de competir un par de años más y lanzar a la primera línea del fútbol mundial a los De Jong, Pedri, Ansu Fati, Araujo, Ilaix y Dembelé. Pero ni el entrenador ni los jugadores pueden hacerlo más tiempo solos. A partir de mañana, el nuevo presidente y la nueva junta tienen que tomar el relevo y reconstruir este club que ha quedado enterrado por la falta de personalidad del último presidente y por los efectos devastadores del covid-19. 

La verdad es que se les acumula el trabajo. Lo primero es evitar la quiebra económica del club. Y eso pasa por bajar los sueldos desproporcionados de quienes no aportan nada: Griezmann, Coutinho, Umtiti y Pjanic, como mínimo. Unas salidas que descuadrarán el balance patrimonial pero que aliviarán la tesorería y evitarán una suspensión de pagos. También hay que desinflar la nómina de ejecutivos de la entidad, plagada de duplicidades y de áreas que no tiene sentido que se hayan internalizado. En este ámbito es imprescindible recuperar la decencia.

Mientras los jueces dictaminan lo que ocurrió realmente en el Bartogate, lo que hay que erradicar son las injerencias de los directivos en la labor de los profesionales y recuperar las buenas prácticas en la gestión para ganar credibilidad, no solo ante los socios sino ante los empleados, proveedores y patrocinadores. Y las urgencias acaban en aclarar el futuro del Espai Barça con una due diligence que determine en que punto esta este proyecto y cuál es exactamente el trato con Goldman Sachs. No es poca tarea pero es la prueba de fuego. Si el que llega se dedica a celebrar el triunfo antes de hacer nada, la cosa irá mal, muy mal.