El precipicio de la Europa League

Xavi, durante el partido

Xavi, durante el partido / JAVI FERRÁNDIZ

Danae Boronat

Danae Boronat

Hace seis temporadas que el paradigma continental del FC Barcelona empezó a mutar. Justo cuando Xavi Hernández se marchó porque había perdido protagonismo el equipo empezó a vagar sin rumbo. Desde entonces la Champions League se le queda grande al Barça. Campeonó en 2015 de la mano del tridente Neymar, Suárez, Messi y a partir de ese éxito los cuartos de final se han convertido en la línea roja infranqueable (a excepción de las semis de 2019). El pasado mes de marzo, con la eliminación en el Parque de los Príncipes, se quedó fuera del colectivo de los ocho mejores clubes europeos por primera vez en 14 años. Una regresión clara y constante en su capacidad competitiva. El fútbol es una máquina de devorar a aquellos que se acomodan: jugadores, entrenadores y entidades; que hace que entidades referentes atraviesen circunstancias parciales menos brillantes, es el primer deporte del mundo porque no siempre ganan los poderosos. El Barça tramita en la adversidad del mismo modo que lo hace el Manchester United, considerado, a priori, el equipo con más aficionados en el mundo.

Caer a la Europa League no es caer desde lo más alto de un precipicio. Desde 1999, es el mal menor para los eliminados de la Champions que quedan terceros de grupo y pasan a optar a ganar un título europeo, menor pero europeo. Los vencedores en el último lustro del segundo trofeo continental son Villarreal, Sevilla, Atlético de Madrid, Chelsea y Manchester United. El actual campeón de Europa la levantó hace tan solo dos años. El conjunto de Old Trafford, el club inglés que más temporadas ha jugado la Champions, quedó tercero el curso pasado en un grupo donde PSG y Leipzig fueron los mejores. Con el recién destituido Solskjaer alcanzó la final que perdió ante el Villarreal en una tanda de penaltis infinita. Es el trofeo que no se le resistió a Mourinho en 2017 y que celebró por todo lo alto.

El Barça ha ido poco a poco perdiendo sus principios y recuperarlos conllevará un proceso también lento. Permanecer en la élite europea es necesario a nivel económico, muy necesario, también a nivel moral y en febrero el Barça de Xavi será mucho mejor de lo que es ahora y todo puede pasar pero, ¿caer en octavos de final de la Champions es preferible a intentar llegar a la final de la Europa League? Que los Eric Garcia, Gavi, Pedri, Nico, Abde, Mingueza, Illias, puedan enfrentarse a equipos como el Nápoles, líder en Italia, West Ham, cuarto clasificado en la Premier, Bayer Leverkusen, cuarto en la Bundesliga o Real Sociedad podría ser de ayuda en su proceso de crecimiento. Xavi ya sabe lo que es no superar la fase de grupos, la última vez, en la 99-2000 él estaba en aquel equipo. Ha demostrado ser muy positivo, optimista y a buen seguro le dará la vuelta a la situación para convertirla en una oportunidad.