Opinión

La posesión estéril no conduce a nada

De Jong fue uno de los señalados del partido en Mestalla

De Jong fue uno de los señalados del partido en Mestalla / Javi Ferrandiz

Ya va siendo hora de analizar y actualizar el concepto ‘tan sagrado’ de la posesión del balón en el ideario Barça. Un primer dato a colación del desastre azulgrana frente al Valencia: el Barça arrolló en posesión durante la primera parte y el Valencia gozó de las ocasiones de peligro.

A mi juico, la esencia de la posesión de la pelota no tiene sentido si no va acompañada de otras virtudes: movilidad, desmarques de ruptura, profundidad, alternancia de balones al pie y al espacio... Ahí es cuando el modelo llega a su máxima expresión. Lo visto ayer no va más allá de tener el balón por tener, con absoluta esterilidad. Eso, en el fondo, no vale para nada. O mejor dicho, para caer derrotado.

Dos acotaciones más del Barça en Mestalla: la defensa de tres volvió a dejar la banda huérfana y dos disparos de Messi a balón parado fue la única producción.

Voluntad y poco acierto

La segunda mitad es cierto que arrojó algunos cambios. El conjunto de Setién lo intentó pero los problemas era demasiado inabarcables como para soñar con otra remontada. De Jong estuvo irreconocible en el centro del campo, Ansu Fati, por primera vez, dio síntomas de estar algo cohibido en sus acciones individuales y, en líneas generales, el sistema ofensivo careció de movilidad y versatilidad en sus acciones.

Por si fuera poco, el equipo volvió a encajar otra diana que hizo del todo imposible entrar en la dinámica del encuentro. Samuel Umtiti salió en la fotografía de los dos goles. Y yo me pregunto: ¿realmente Umtiti ha hecho tantos méritos como para desbancar a Lenglet? Ahora toca reflexionar y definir los matices del modelo.

La clave

El equipo ofreció otra exhibición de control de balón sin profundidad ni sentido.