Porque el fútbol es así

La dura resaca para el Barça

La dura resaca para el Barça / EFE

Gerard López

Gerard López

Es simplemente fútbol. Así explicaba Jürgen Klopp lo ocurrido en Anfield, un partido que quedará en el recuerdo de todos los aficionados. Y así fue, una lección de lo elemental que puede ser este deporte, de cuáles son los pilares en los que se sustenta un juego demasiadas veces adornado con decorado suplerfluo, intrascendente e incluso barroco. No tenemos que complicarnos tanto la vida porque son 22 jugadores con una pelota de por medio y dos porterías.

En esta batalla solo vale una buena preparación física, una mentalidad ganadora y el acierto en las dos áreas que es donde se decide todo. Da igual los análisis previos de las rotaciones,  las teorías de lo que pasará o de lo que puede o no puede pasar. Todo es mucho más básico y el Barça constató que un equipo vestido de rojo le pasó por encima en todos los valores esenciales de este deporte.

El aspecto físico

Este fue el más evidente. El Liverpool atropelló al Barça, que fue como un equipo menor que no está acostumbrado a que le metan un ritmo tan alto. El del Barça es el propio de la Liga española pero Inglaterra nos está demostrando que es otra historia. A España le pasa como a Francia o como a Alemania, donde PSG y Bayern no sacan la cabeza por Europa desde hace mucho. El Madrid es el único que ha aguantado el tipo porque tiró la Liga y la Copa y se centró en la Champions. Son cuatro equipos ingleses en la final de la Champions y de la Europa League -ninguno de ellos es el campeón de la Premier- y si han llegado hasta allí es porque van con otra marcha a la del resto. El Barça lo comprobó en Anfield.

El aspecto mental

Aquí el Liverpool también fue  superior. Klopp fue capaz de hacer creer a sus jugadores que fueron mejor en el Camp Nou pese al 3-0 y que podían remontar. Les mentalizó para que nunca tiraran la toalla y que el fútbol iba a ser justo con ellos, que les iba a devolver el esfuerzo del Camp Nou. Y esto es un éxito de Klopp que lo trabajó bien. 

Dio una lección para que unos jugadores que no son superiores a los nuestros imprimieran un ritmo infernal. El Barça sacó la lengua en el Camp Nou y en Anfield también fue así. Los que no jugaron también dieron un ejemplo: Salah, en vez de ir vestido con la ropa deportiva que le patrocina, fue con una camiseta con mensaje (‘Never Give up’) para que calara en el vestuario, Firmino celebraba los goles con los del banquillo. Y lo que el Liverpool nos enseñó fue el poder del grupo, la fuerza del bloque porque, como decíamos al inicio, esto es un juego de  equipo. Y el Liverpool lo fue. 

Nivel táctico

Esta temporada elogiamos al Barça por saber adaptarse al juego del rival en los tres partidos seguidos disputados contra el Madrid. Hoy, no podemos decir lo mismo de lo ocurrido contra el Liverpool porque el Barça no supo interpretar lo vivido en el Camp Nou. No aprendimos nada de la ida donde el equipo sufrió hasta que colocó a Semedo y potenció la banda para frenar al lateral izquierdo suyo. A partir de allí, el Barça dominó el partido y llegaron dos goles que pudieron ser tres. Sin embargo, en Anfield hubo el mismo once y aparecieron los mismos defectos que en el Camp Nou. Estos partidos son importantes y tienes que analizar bien los precedentes. 

Que Arturo Vidal sea el mejor es una buena síntesis de lo que te está pasando porque es la antítesis del jugador del Barcelona. Si destacamos el corazón que puso Vidal es para preguntarnos muchas cosas de las que le pasó al Barça en Anfield.