Por supuesto que se podía

Luis Enrique, optimista antes de intentar una hazaña histórica

Luis Enrique, optimista antes de intentar una hazaña histórica / Joan Monfort

Jordi Costa

Jordi Costa

Habiendo agotado ya el catálogo de tópicos referidos al intento de remontada de esta noche, del estilo de “no se puede marcar el segundo gol antes que el primero”, “si el PSG nos marcó cuatro, por qué no va a poder hacerlo el Barça” o “el público del Camp Nou debe ser el jugador número 12”, empieza a ser imprescindible que ruede el balón. Y, sobre todo, se impone que el Barça juegue muy bien a fútbol.

En este sentido, el partidazo que el Barça completó contra el Celta marca un antes y un después para pensar con argumentos no esotéricos que el equipo puede devolverle al PSG un repaso similar al que recibió en París. La diferencia principal en el estado de ánimo del culé es que, necesitado como está de hacer un partido perfecto -tanto en los mecanismos como en la efectividad de cara a portería-, el Barça se demostró el sábado que puede hacer lo que hace muchas semanas que no lograba: una actuación redonda.

El “sí, se puede” que coreó el Camp Nou me hizo pensar que sí era posible, pero no la remontada, sino que el Barça jugara mucho mejor de lo que lo ha hecho este curso. De hecho, es significativo que, bien entrado el mes de marzo, no tengamos ninguna duda que el último partido fue el mejor de la temporada. Síntoma inequívoco que el Barça no ha jugado nada bien, a pesar de que los resultados, hasta París, sirvieron de coartada al entrenador y a los jugadores.

El redibujo táctico que ha implantado Luis Enrique ha tomado cuerpo progresivamente y son varias las mejoras: la protección de tres centrales permite a Busquets adelantar su posición y levantar la línea de presión, además de juntarse con los interiores y acercarse a Messi para mejorar la fluidez de la circulación de balón, una de las principales señas de identidad que había perdido el 

Barça. El equipo ha salido de la rutina y se permite soñar con lo imposible esta noche, por supuesto apoyados en el talento de Messi, Neymar y Suárez, pero ya no solo a lomos del tridente. Que no es lo mismo. 

¿Hay garantías para creer en la remontada? Razonablemente, ninguna. El 3-4-3 también tiene debilidades. Te aporta superioridad en la zona ancha, pero te debilita defensivamente por los costados. El Barça no solo debe aplicarse en ataque sino, en la misma medida, en las transiciones defensivas para evitar que Draxler, Di María o Cavani maten la eliminatoria en cualquier contra. El PSG lo tiene todo a favor, pero si el Barça juega como el sábado, ningún culé saldrá defraudado del Camp Nou.