Por qué Kevin Durant quiere jugar en el Barça

Kevin Durant, positivo por coronavirus

Kevin Durant, positivo por coronavirus

Ernest Folch

Ernest Folch

La noticia no es que Kevin Durant dijera que le gustaría jugar en el Barça sino que lo dijera espontáneamente, sin que viniera al caso. Por si quedaba alguna duda, añadió, sin que le repreguntara Serge Ibaka (el entrevistador, y por cierto exjugador del Real Madrid, que se quedó atónito) que su futuro blaugrana lo imagina “soñando” desde el sofá de su televisión. No estamos pues ante ninguna ‘boutade’ sino ante un deseo muy sincero de uno de los Top 5 de la NBA, y lo que cabe preguntarse es por qué. Sí, ¿por qué una estrella mundial que cobra decenas de millones de dólares al año está ilusionado en jugar, ni que sea en un remoto futuro, en un equipo como el Barça de básquet? La primera pista la da él mismo: porque juega en la Euroliga, que define como “la segunda mejor competición del mundo” y porque le gusta el básquet europeo que ve desde el mismo sofá donde deja rienda suelta a sus sueños.

Durant podría haber dicho que le apetecía jugar en el CSKA o en el Anadolu Efes, por nombrar solamente al vigente campeón y finalista de la máxima competición europea. Pero no, Kevin Durant habla del Barça, escoge al Barça. Es lógico suponer que la onda expansiva del ‘efecto Mirotic’ ha llegado también a las grandes estrellas de la NBA, que ven como un gran jugador como Mirotic ha optado por el Barça cuando todavía tenía mucho recorrido en la NBA. Mirotic vino cobrando menos pero prefirió ser feliz en otra liga, otro equipo y otra ciudad, gracias a la capacidad de seducción que ha tenido la sección. Como también es obligado pensar que Durant no soñaría en jugar en el club blaugrana desde el sofá de casa si no fuera por la fortaleza y el carácter global de la ‘marca Barça’, que transmite valores y emociones que, como se ve, traspasan fronteras. La palabra Barça es un enorme contenedor en el que caben cosas tan grandes como Messi, Cruyff, Mirotic, Camp Nou, Barcelona, La Masia y toda una historia de 120 años. Las reverberaciones de este cóctel gigante han llegado a uno de los deportistas más grandes del planeta y solamente esto debería ser por sí solo un motivo más que suficiente para que los culés, piensen lo que piensen, sientan por un día el orgullo del Barça en toda su dimensión. Lo de menos es que Durant acabe viniendo. Lo trascendental es que lo ha deseado.