¿Y si, por fin, hablamos de la Liga?

Hay cosas que por no tener, no tienen ni sentido común. El cierre del mercado de fútbol en verano, por ejemplo. Que empiece una Liga y hasta al cabo de dos o tres semanas se pueda todavía fichar y vender jugadores es una aberración. En cada país, la persiana debería bajarse el día antes de su inicio. Ahí los ingleses vuelven a darnos una lección. Así no pasaría lo que Valverde denunció recientemente: que a estas alturas de la película aún no sabe si tiene la plantilla cerrada o no, si vendrá o si se irá algún jugador. ¿Cómo se entiende que el técnico azulgrana, por poner un ejemplo, esté trabajando con Rakitic o Rafinha desde mediados de julio y pasado mañana, quizá, ya no los tenga?

Mientras tanto, el Barça y su entorno siguen preguntándose si Neymar vendrá o no, si acabará en el Madrid... A falta de canción de verano, este es sainete veraniego. Así llevamos varias semanas. Estamos tan entretenidos con Neymar que ese árbol nos impide ver el bosque de la Liga. ¿Nadie se acuerda que mañana visita el Betis el Camp Nou?¿Que el Barça perdió en Bilbao?¿Que está a tres puntos del Real Madrid y del Atlético?

Esto, señores, va en serio, y tengo la percepción que nos ocupa y preocupa mucho más el continente que el contenido. Después del ‘chof’ que supuso el traspié en San Mamés, por el resultado y el juego desplegado, insulso y previsible, urge hacer trempar a la parroquia culé. El regreso de Leo Messi es lo mejor que podría ocurrir para sacar al barcelonismo de este ensimismamiento. Solo ha transcurrido una jornada de Liga y el campeón tiene la obligación de convencer y divertir. Y eso exige que todos tiren del carro, porque lo que mal comienza, mal acaba... si no se pone remedio. Así que, ¡a por la Liga!