TEATRO DEL BUENO

Por el buen camino

Cruyff, Bartomeu y Mones, en la presentación del acuerdo

Cruyff, Bartomeu y Mones, en la presentación del acuerdo / sport

CARLES SANS

A principios de mes se publicó en la prensa la información sobre la posibilidad de que la junta directiva actual retirara la acción de responsabilidad contra 16 miembros de la anterior presidida por Joan Laporta. Una decisión que se sometería al dictamen de la Asamblea de socios y que persigue la paulatina pacificación social del club. 

Un club sometido en los últimos tiempos a una pertinaz judicialización por diversas causas abiertas, que, por lo que se adivina, ahora tiene decidido concluir mediante pactos y reconciliaciones. Una política acertada, desde mi punto de vista, que casa con la actitud poco estridente del presidente actual, que cuenta con una eficaz dirección deportiva comandada por Robert Fernández y una dirección técnica desde la que Luis Enrique ha conseguido concebir un equipo con el que el barcelonismo se siente fuerte para afrontar, como ya viene siendo habitual, los mayores éxitos en todas las competiciones en que participa. Cuando las cosas van bien en el campo se sobrelleva mejor cualquier iniciativa del club, sea más o menos acertada. Los resultados obtenidos por el equipo de fútbol -no nos engañemos, las secciones deportivas ocupan un lugar injustamente secundario y no remueven tanto los cimientos como los remueve el fútbol cuando los éxitos no acompañan- han sido buenos, exceptuando el fiasco de la Champions de la temporada pasada. El equipo lleva 8 títulos conseguidos desde que Bartomeu, interinidad incluida, está en la presidencia del club. Un resultado muy bueno, que, acompañado de futuros avances en el área social, mejorará la imagen y la estabilidad de la institución por el bien de todos.

Leo que Bartomeu y Jordi Cruyff han coincidido en el acto de presentación del acuerdo entre el FCB Universitas y el Johan Cruyff Institute que ha de impulsar la creación de un master para la formación. Un acuerdo que hay que valorar, habida cuenta de las relaciones que, de forma tan chapucera, quedaron deterioradas cuando Sandro Rosell presidía el club.

En definitiva parece que estamos en la buena dirección para alcanzar un cierto sosiego social… ¡ojo!, si nada se tuerce, cosa que en este club nunca se debe descartar. En cualquier caso ojalá se vayan cerrando heridas, algunas muy injustas, que deberían haberse evitado si la cordura y los egos no hubiesen topado.