Opinión
Pongamos que hablo de Madrid

Florentino Pérez, en una imagen de archivo / Spada/LaPresse
“Allá donde se cruzan los caminos. Donde el mar no se puede concebir. Donde regresa siempre el fugitivo”. Pongamos que hablo de Madrid. Del de Sabina, del de Florentino, del de Tebas, del de la RFEF, de la LFP, del colectivo arbitral, del CSD y de la Audiencia Nacional donde asistimos a declaraciones, enfados, llamadas de atención y una reescritura del relato que sólo allí saben hacerlo tan bien.
El lunes se convirtió Madrid en la capital de la información deportiva, que empezaba a las diez de la mañana con la declaración de Jenni Hermoso, terminaba con el comunicado amenazante -por decirlo fino- del Real Madrid contra el estamento arbitral y demás ‘coletazos’ y la respuesta tibia de una Federación Española de Fútbol que aún no sabe si su presidente lo seguirá siendo hoy. El Tribunal Supremo celebra este miércoles la vista del recurso de Rafael Louzán contra la condena de siete años de inhabilitación para empleo o cargo público en administraciones públicas por un delito de prevaricación durante su etapa como presidente de la Diputación de Pontevedra en 2013. Esta es la situación y éste es el nivel, que diría aquel.
Si seguimos con el rosario de presidentes que dijeron la suya este lunes, nos damos de bruces con el Ser Superior -no lo digo yo, así lo describió en su día su empleado Emilio Butragueño- que lanzó un comunicado de cuatro folios de los de antes en idéntico tono sepia, que tan bien les combina. Lo que ya le contó Louzán a Josep Pedrerol en el podcast ‘El cafelito’, donde desveló presiones por parte del presidente de ‘su’ club para acabar con el presunto mal trato de los colegiados al Real Madrid, se escribió y selló en blanco. Sorprendente. No imaginaba yo que Florentino Pérez bajara a la tierra para entrar en guerra humana. Lo hizo y demostró, con ello, su debilidad. Si el equipo de Ancelotti fuera primero en la Liga, no tuviera el desgaste del ‘playoff’ de Champions y no generara tantas dudas deportivas, esta pataleta no hubiera existido. Pero la realidad es tozuda y el vigente campeón de las competiciones mencionadas está a años luz del rendimiento esperado.
El Atleti, partido a partido, toma posiciones y el Barça, con un ‘pichichi’ de treinta y seis años, una estrella como Lamine Yamal y jugadores de calidad infinita como Pedri o Cubarsí, han opacado a un Real Madrid que transita en la mediocridad. El victimismo no gana títulos. Qué raro se me hace ver a FP bajando al fango. Qué mal lo debe estar pasando. Y a Javier Tebas, reconocido madridista, le faltó tiempo para responderle. De presidente (y vicepresidente) a presidente. “En lo que respecta a sistemas corruptos, pocas lecciones puede dar”, escibió en su cuenta de X. Blanco y en botella.
En paralelo, el que fuera máximo mandatario de la RFEF dio muestras de nerviosismo en la Audiencia Nacional mientras escuchaba las declaraciones de Jenni Hermoso. La futbolista, que acusa de agresión sexual y coacciones a Luis Rubiales, llegó preparada y segura. Habló del asco que le supuso ser besada por su jefe que, además, le dijo que “a ti y a mí nos gustan las mismas cosas” para quitarle hierro al beso no consentido. Si algo puede definirle es, precisamente, este comentario. Este es el nivel en las altas esferas del fútbol patrio. Afina, Sabina.
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