La política gana; el fútbol pierde

La fecha del Clásico sigue siendo una incógnita a diez días de su celebración

La fecha del Clásico sigue siendo una incógnita a diez días de su celebración / AFP

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Al clásico le han puesto una barricada. Lo han denunciado al tribunal de orden público sin pruebas ni razones de peso. Solo con temores e interpretaciones malévolas. La cobardía de los políticos, la escasa personalidad de los dirigentes del fútbol y un Comité de Competición dirigido y manipulado, han llevado a cerrar el Camp Nou el 26 de octubre. Es una aberración, un error grave asociado a la capacidad de entendimiento, de diálogo, de análisis. Han puesto la venda antes de la herida. Han visto un nubarrón en el horizonte y han decidido cortar por lo sano. Es un atropello al sentido común. No saben controlar el orden y la legalidad en las calles de Barcelona pero se atreven a cerrar el Camp Nou con una antelación inadmisible.La política gana, el fútbol pierde. El miedo le quita la razón al balón. El alarmismo triunfa de forma clamorosa. La coherencia y la falta de diálogo brillan por su ausencia. A menos de un mes de elecciones, ningún líder  político opina sobre el tema. La cobardía se apodera de la clase de mando. El Barça vuelve a pagar los platos rotos de una complicada situación que necesitaba análisis y estudio antes de órdenes precipitadas. Se toman decisiones en Madrid sin escuchar la opinión de la alcaldesa de Barcelona, del entrenador del Barça y del sindicato de los Mossos que debería velar por la seguridad del partido. En plena escalada de desconcierto e improvisación, el alarmismo de Javier Tebas marca un gol ilegal a la Liga. Tomar una decisión tan trascendente como aplazar un clásico, es utilizar el fútbol como un juguete de la política.

Estamos a favor del orden y la legalidad. De evitar riesgos y asumir responsabilidades. Pero no a golpe de alarmismo intencionado. Un Comité de Competición nombrado para tomar decisiones deportivas, no puede suspender un partido a una semana vista sin informes sobre la mesa que justifiquen tal decisión. Que se sepa, no hay ningún informe de los cuerpos de seguridad diciendo que no garantizan el orden en el Camp Nou el 26 de octubre. Una decisión de tal calibre tiene que ser consensuada por Mossos, Ayuntamiento de Barcelona y FC Barcelona. Es muy triste que el mal rollo que hay entre la Federación y la Liga afecte a temas tan trascendentes. El fútbol no se debe dejar intimidar por los profetas de la violencia, no puede ser altavoz del miedo ni moneda de cambio de los políticos.

A partir de aquí, lo que menos importa ahora es el día que se jugará el clásico, si lo verán los chinos en horario de ‘prime time’ o quién saldrá beneficiado de esta polémica. El Barça tiene que hacer valer sus derechos con firmeza y coherencia. De la misma manera que hizo una nota informativa sobre la posición del club con respecto a la sentencia del ‘procés’, ahora tiene que dar a conocer su opinión respecto a una decisión que afecta el prestigio del club y la seguridad del Camp Nou. Llueve sobre mojado, se repite la historia ya que el Barça tuvo que jugar hace dos años un partido de Liga a puerta cerrada en el Camp Nou con lágrimas de Piqué incluidas.