Un poco de Messi y mucha pegada

El Barça desplegó uno de esos partidos en los que exhibe concentración plena. Con un poco más de intensidad y, por supuesto, acierto en el remate tuvo más que suficiente para irse al descanso con un 2-0 a su favor y la sensación de tener la eliminatoria encarrilada. Y es que además de los dos goles, tuvo la oportunidad de haber marcado aún más.

El Olympique Lyon tampoco estuvo a la altura esperada. Ni logró disparar entre los tres palos de Ter Stegen ni mostró solidez en la cobertura pese a recurrir a un sistema con cinco defensas.

A título individual es justo reseñar la sensible mejoría experimentada por Coutinho. El brasileño estuvo mucho más participativo y acertado en sus intervenciones. Dos datos a tener en cuenta: una sola pérdida en el primer tiempo y un gol tras la espléndida asistencia de Luis Suárez.

cambio y de guión... y messi La segunda mitad brindó un escenario muy distinto. El Barça replegó líneas, cedió iniciativa al Olympique y confío en sentenciar a la contra. Sin embargo, nadie contaba con el gol francés que hizo aflorar algún que otro nervio en el entorno. Pero justo en ese momento, Leo Messi hizo acto de presencia. En uno de esos partidos en los que no brilló especialmente, el argentino marcó las diferencias. El cómputo final lo dice todo: dos goles y dos asistencias.

Lo cierto es que la goleada fue excesiva y el marcador no reflejó lo visto sobre el terreno de juego. No me gustaría terminar esta opinión sin hacer mención a Luis Suárez. El uruguayo no marcó pero hizo un partido de lo más completo.