Opinión

Un poco de Klopp, por favor

Klopp ha encontrado la tecla en el Liverpool

Klopp ha encontrado la tecla en el Liverpool / AFP

No ha empezado bien la ‘etapa Setién’ en el Barça. Una victoria y una derrota en la Liga, un triunfo más si contamos el pírrico e ‘in extremis’ de la Copa en Ibiza. Tres goles a favor, uno en el Camp Nou cuando el Granada ya jugaba con uno menos y dos ante un Segunda B. Tres también en contra. Dos primeras partes sin chutar a puerta... Eso sí, mil pases el primer día, ochocientos y pico en Mestalla... los que cuentas los pases se están volviendo locos, pero los que cuentan los goles se aburren como hace años que no se aburrían.

Es difícil dar con las causas por las que el Barça va de mal en peor. Se ha cambiado un entrenador y se ha cambiado, casi que revolucionado, el sistema. Setién tiene claro que o triunfa imprimiendo su huella cruyffista o dejará pasar la oportunidad de su vida. El problema es que ha llegado a mitad de temporada y se ha encontrado con una plantilla acomodada que vive de la inercia del pasado y del mayor genio que ha dado la historia del fútbol. Lo del sistema y el estilo es algo que queda muy bien, pero para practicarlos, sean cuáles sean, hay que tener a los jugadores precisos, en las condiciones precisas. Y el problema del Barça es que los jugadores precisos, Xavi, Iniesta, Alves... ya no están y no se les ha sabido reemplazar. Y los que quedan ya no conservan las condiciones precisas, pasados los treinta años y con el estómago lleno de títulos. 

Pues bien, no sé si Setién se ha parado a pensar en eso. Desde luego, ha ido a por faena. Toque y más toque. Ha llegado y ha puesto a tres defensas, con Sergi Roberto, que no es lateral ni central, cerca de Piqué y de Umtiti, que puede que la toque mejor que Lenglet, pero desde luego, ahora mismo defiende mucho peor. Luego, el centro del campo. Todos los galones para Busquets, que juega con el miedo en el cuerpo porque detrás tiene el desbarajuste que tiene. Y luego no da con los interiores. Se exige pase y más pase, pero los rivales se los comen en la presión. El Valencia, con Kondogbia Coquelin, y seiscientos pases menos, los barrió. Y arriba, lesionado Suárez, vuelta al falso 9. Regreso al pasado, cinco años atrás. Griezmann no se entera, eso requiere un proceso de adaptación, algo arriesgadísimo en pleno mes de enero. 

No he dicho nada que no hayan visto todos ustedes. Pero lo digo para cargarme de razones a la hora de argumentar que no todo es blanco ni es negro. Bien está el ADN Barça, pero el ADN Barça, el de Guardiola, sobre todo, iba acompañado de una presión e intensidad que ahora no veo por ningún lado. Acuérdense de Eto’o, ¡cómo se revolvía para recuperar el balón en el semicírculo del área contraria! De Alves... La presión empezaba arriba, era un espectáculo, se pillaba a la defensa rival desorganizada, se encontraban espacios, todos se ofrecían en el desmarque.

Ahora pasan y pasan pero pocos se desmarcan. Quiero decir que hay que evolucionar y fijarse en los que ahora mandan en Europa y adaptarlo al estilo propio. Me refiero al Liverpool. Lo de Klopp no es ningún secreto, él mismo ha definido su estilo: “fútbol a todo gas”. Calidad más intensidad. Desde luego, solo por tener a Messi, el Barça tiene más calidad que el Liverpool. Pero gas... ahora mismo tiene menos gas que un mechero de mercadillo. Un poco de la filosofía Klopp no le vendría mal al Barça. Tampoco se traicionaría nada, al contrario, se reforzaría. Si Setién la incluye en su ideario, la cosa mejorará. Que tampoco es tan difícil, caramba.