Entre pitos y aplausos

Dembélé, ante el Nápoles

Dembélé, ante el Nápoles / JAVI FERRÁNDIZ

Carles Pérez

Carles Pérez

El partido contra el Valencia tiene el morbo añadido de ver cómo reaccionará Mestalla con la vuelta de Ferran Torres, que será de nuevo titular. No sabemos si su ex afición le pitará, le aplaudirá o pasará de él olímpicamente, que creo sería lo mejor.

El jueves en el Camp Nou vivimos un acontecimiento de este estilo, pero con un pequeño detalle que lo cambia absolutamente todo. Fue prácticamente la primera vez que se oyó al Camp Nou pitar con dureza a un jugador de su propio equipo.

Dembélé se llevó una pitada histórica cuando salió al campo. Es de justicia añadir que, al cabo de un rato, también hubo aficionados que le aplaudían. Cuando finalizó el partido, Gerard Piqué declaró que no es bueno que se pite a un jugador ya que puede hacerle bajar el rendimiento y, por consiguiente, que el equipo empeore su resultado.

No voy a ser yo quien anime a nadie a pitar a un jugador, pero no tiene sentido que nos llenemos la boca diciendo que el Barça es de los socios, alardeando de que el socio es soberano y, en cambio, le reprochemos su actitud cuando expresa su disconformidad en su propia casa, que es el Camp Nou.

En el partido del jueves, la mayoría de socios decidieron pitar a Dembélé en desacuerdo con su comportamiento en los últimos meses y, mal que les pese a algunos, creo que no se le puede reprochar nada al público, ya que está en su derecho de desaprobar el comportamiento de cualquier jugador.

También creo que el jugador debe saber que la afición no aprueba su actitud, y si eso conlleva aguantar los pitidos en un momento puntual del partido, pues los aguanta y punto. Si ha querido poner las cosas tan difíciles al Barça, incluso faltarle al respeto a la camiseta, como decía Stoichkov, y el precio son los pitidos del público, pues no le toca otra que aguantar. Cada socio y aficionado del Barça paga un pastón para ir a ver a su equipo y nunca -incluso en su peor momento- ha dejado de ir al campo. Creo que en el precio de la entrada va incluido su derecho a silbar a un jugador que no le guste, y más teniendo en cuenta que el público del Barça es excesivamente respetuoso con su equipo.

Escúchalo en www.flaixbac.cat

Link:

Flaixbac