Pitar a Piqué, Alba y Busquets

Gerard Piqué, durante el partido contra el Inter de Milán en el Camp Nou

Gerard Piqué, durante el partido contra el Inter de Milán en el Camp Nou / AFP

Joan Vehils

Joan Vehils

A Gerard Piqué nadie le pita por lo que ha hecho durante años sobre el terreno de juego. Sería absurdo dudar de la trayectoria deportiva del central azulgrana. Ha sido uno de los mejores del mundo en la última década. Si Jordi Alba no cae bien, no es por su juego, por sus asistencias o por el tándem que formaba con Messi.

Y si alguien osa pitar a Busquets no es por su juego, pero tampoco por su comportamiento extradeportivo. Busquets siempre ha sido un ejemplo dentro y fuera del terreno de juego y no merece ni un pitido. Ni tan siquiera cuando pierde una de esas pelotas que se convierte en un contrataque mortal. Ha dado mucho como futbolista y ha sido ejemplar en su vida personal.

Así que no merece la más mínima reprimenda. Su único problema es hacerse mayor y eso, inevitablemente, es ley de vida. Así que deberíamos valorar sus consejos a De Jong durante la media parte del partido del jueves contra el Villarreal, agradecer que siempre dé la cara o valorar que nunca tenga una mala palabra ni un mal gesto con sus compañeros, con la afición o con la propia prensa.

Busquets ha sido el Messi de su posición y el Barça no puede permitirse que también salga por la puerta trasera del club. Debería ocurrir lo mismo con Piqué y Alba, pero en ellos recaen ciertos comportamientos extradeportivos que no gustan al culé. Por tanto, si quieren evitar esos pitidos que escuchamos el pasado jueves, ambos tendrán que actuar.

Es normal que Xavi salga con una defensa a ultranza de Gerard, pero debería ser el central catalán quien se explique. El Barça no puede permitirse el lujo de tener a dos capitanes que no hablan. A Piqué parece que sus problemas ajenos al fútbol le impidan darnos su versión del actual momento. Sin embargo, su silencio le perjudica. Gerard habla bien y debería explicarse.

Por su parte, a Jordi Alba, le penaliza su agrio carácter. Cada vez que se acerca a un micrófono suele equivocarse. Piqué por un motivo y Alba otro por otro, deberían hacer un sobreesfuerzo y realizar algunos gestos para recuperar la estima perdida. Por ejemplo, quizá deberían mostrar su disposición por rebajarse su ficha o asumir que su rol en el equipo ya no es el de antes y ceder la capitanía a algún compañero de equipo con más ascendencia y protagonismo.

Sólo ellos pueden hacerlo y sólo si mueven pieza tendrán la salida que se merecen del Barça. De Busquets, nada más que decir. Bueno sí. Deberían hacerle la ola cada vez que juega en el Camp Nou. Y da igual si lo hace de titular o si solo sale dos minutos. No habrá otro como él. Lo lloraremos cuando se marche…