Pesadilla Di María

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Javier Rodríguez Marzo

Javier Rodríguez Marzo

Ninguno de los muchos barcelonistas con los que he comentado la posibilidad de que el Barça fiche a Di María aprueba su contratación. Al contrario, nada más oír hablar sobre el tema se les ponen los pelos como escarpias y comienzan a mascullar improperios.

Los argumentos para considerar el fichaje del argentino como una auténtica pesadilla veraniega son múltiples y variados. El más racional y tangible es el puramente deportivo.

A sus 29 años, Di María afronta la recta final de su carrera en franca decadencia y no en plenitud. Fracasó por todo lo alto en el  Manchester United y en el PSG tampoco ha respondido a las expectativas.  

Su mejor actuación a las órdenes de Emery la firmó en el partido de ida de la eliminatoria de Champions contra el Barça (marcó dos goles) pero precisamente en la vuelta cavó su tumba como posible objetivo blaugrana.

El seguidor culé nunca perdonará al exmadridista (otro punto capital en su contra)  que mandara callar al Camp Nou tras marcar Cavani el tres a uno de los franceses antes de sufrir la guillotina de Neymar en el histórico 6-1.

Por eso solo un insensible o un irresponsable puede sugerir siquiera su fichaje. Y menos aún si a quien hay que pagar una cifra que no bajaría de los 50 kilos, siendo optimistas, es al mismísimo PSG, el club que te ha arrebatado a una de tus grandes estrellas.

Algunos voceros intentan burdamente vender la burra de que traer a Di María supondría devolver el golpe recibido o una venganza. Da risa. Fichar al argentino sería peor que pegarse un tiro al pie... ¡Sería como si Bartomeu y compañía se lo disparasen en la boca!

Porque su maniobra superaría otra pesadilla tan terrorífica como la de Gaspart fichando a Overmars y Petit para compensar la traición de Figo. Y no hace falta que les cuente cómo terminó aquello. ¿O sí? Saliendo en globo del Camp Nou tras la peor travesía del desierto de la historia del club