La pesada digestión del mercado de Barça y Madrid

El mercado más loco de los últimos años se cierra más marcado por lo que hubiera podido ser que no por lo que finalmente ha sido. El Barça intentó fichar a Neymar y no pudo. El Madrid intentó fichar a Pogba y Neymar y tampoco pudo. El Barça intentó vender a Coutinho, y solo consiguió cederlo, quedó en nada su intento de ceder a Dembélé, vender a Rakitic, Umtiti y Todibo dentro de la ‘operación Neymar’, y deberá conformarse con la cesión de Rafinha. El Real Madrid intentó vender a Bale, y ha tenido que comérselo, y ha sido incapaz de quitarse de encima a otros tantos jugadores: lo que sí ha logrado es prescindir al fin de Keylor, curiosamente de los pocos que no tenía que traspasar, si se atiende a su historial e impresionante hoja de servicios.

Toda esta sucesión de gatillazos sonados de Barça y Madrid nos deja una evidencia: la suma dificultad que tienen los dos grandes clubs de España no solo por fichar lo que desean sino, lo que es peor, por desprenderse de lo que no quieren. Se acabaron los tiempos en los que una simple llamada, o un simple yate, bastaban para seducir a un crack mundial. La gestión de las salidas, tradicionalmente difícil, se ha vuelto infernal por culpa de los contratos hiperhinchados, que luego son imposibles de asumir por la gran mayoría de clubs de la élite europea. En el caso de Bale su contrato era indigerible incluso para una Liga como la China, con sueldos totalmente fuera de mercado.

Lo cierto es que el Barça tras la debacle de Anfield y el Madrid tras el ridículo de la pasada temporada debían acometer sendas revoluciones pero los dos se han quedado a medias: todo el mundo sabe, porque así se ha telegrafiado, que los dos gigantes de la Liga querían desprenderse de bastantes más jugadores de los que al final se han quedado. Habrá que ver cómo reaccionan los dos equipos a esta digestión pesada y muy poco deseada.