A perro flaco todo son pulgas

Griezmann, jugador del Barcelona

Griezmann, jugador del Barcelona / sport

Albert Masnou

Mala pinta tiene la temporada para el FC Barcelona porque mientras los resultados en la Champions son buenos, en la Liga, que es la competición de que mejor define la regularidad de un equipo, son pésimos. Acumula tantas derrotas como victorias (3) y dos empates, un balance muy triste para un equipo que partía con la idea de recuperar al trono que dejó escapar tras el confinamiento. De momento, está muy lejos porque no solo es incapaz de puntuar en el Wanda ante un Atlético que llegaba con bajas sino que es incapaz de competir. El Barça es una sombra de lo que fue porque va a remolque de un rival que antes solo jugaba al contragolpe y ahora le domina.

A perro flaco todo son pulgas. Y el Barça no solo está sin gobierno en el club sino también sobre el césped donde hay un crack desaparecido (Griezmann), otro que va perdiendo fuelle (Messi), la estrella emergente lesionada para cuatro meses (Ansu), el segundo capitán de baja (Busquets) y el tercero cayó en el Wanda en unas imágenes que nos hacían temer lo peor  (Piqué) y en la última acción del partido pudo haberse lesionado el cuarto capitán (Sergi Roberto). No será fácil arrancar. La verdad.

Un escenario complejo que se le presenta al Barcelona que necesita girar página cuanto antes. Y hay que contruir la casa por los cimientos por lo que lo primero, lo más urgente, es la llegada de un nuevo presidente, con jerarquía, capaz de darle la vuelta a un club que va de capa caída.