¿Pero no está usted preocupado?

Valverde tiene una carta todavía por usar

Valverde tiene una carta todavía por usar / Valentí Enrich

E. Pérez de Rozas

E. Pérez de Rozas

Suelo ver el fútbol y oír las conferencias de prensa de los entrenadores. Defecto profesional. Bueno y porque es, en esos momentos, cuando me gusta contrastar preguntas, respuestas, poses, miradas, desplantes (pocos), ironías (cada vez más y me gusta mucho, mucho).

Este ha sido un fin de semana bastante curioso en ese sentido. Observé que a los periodistas del nuevo Anoeta les hubiese encantado que 

Ernesto Valverde se hubiera mostrado muy, muy, muy preocupado.

Es más, ellos, desde la chica que empezó hasta el caballero que cerró la cuestión, se mostraron decepcionados porque el ‘Txingurri’, ya ven, solo les dijo (y, al final, con cierta pachorra, eso, ironía, “vamos, por decirle algo”) que, sí, que se iba “un poquito preocupado”.

Pero ellos (tal vez todos los presentes coincidieron con que, digo, no sé, el Barça jugó mal) querían que el entrenador del Barça se mostrase desesperado, preocupado, preocupadísimo.

Líder, cuatro de cuatro, el Real Madrid ya ha pinchado, el Atlético de Madrid, ni les cuento, y el Valencia (por hablar de los cuatro de Champions) ni siquiera se ha puesto a caminar. ¿Debía estar preocupado Valverde?, hombre, para la prensa, más que un poquito. Pero no lo está. Y, desde luego, si lo está (aunque sea solo un poquito), no piensa contarlo. Ni ahí, ni nunca.

Y fue entonces cuando recordé lo que le acababa de oír a Pep Guardiola en una de sus últimas y estelares apariciones. Habló de la prensa española ¿se acuerdan? y dijo que somos muy crueles. “En Alemania e Inglaterra, son muy críticos pero, en España, van a hacerte daño y saben cómo hacerlo”.

¿Querían hacerle daño a Valverde en la sala de prensa del nuevo Anoeta? Querían hacerle reconocer que jugaron muy mal, que ese Barça no les gusta, que lo importante no es ganar, que su equipo debe jugar mejor, que tiene jugadores (y banquillo) para ello… y el ‘Txingurri’ les recordó, claro, que ese no es un estadio fácil, ni un equipo cómodo, que el rival también juega (ven, la prensa eso es lo primero que olvidamos) y que la historia del Barça en ese recinto no ha sido, la verdad, brillante.

Pero les pudo decir, miren ustedes al Real Madrid en otro feudo retorcido, complicado, duro como San Mamés. Miren ustedes al poderoso Atlético ante el modesto Eibar. Miren ustedes al Valencia con el pletórico Betis… Pero prefirió decir que estaba, solo, un poquito preocupado. “Por decirle algo a la chica”, añadió al siguiente ataque.

Pero es que en las salas de prensa hubo más este fin de semana. Por ejemplo, más de uno le recordó al Cholo Simeone los pitos (¿primeros?, pues sí, parecen que los primeros) en el Wanda por meter a un novato, a un canterano, a un joven… que, luego, ¡zas!, les daría el empate, miren ustedes. Y a Julen Lopetegui, en la ‘catedral’ también le echaron en cara que lleve dos partidos dejando en el banquillo a Isco “¿es que ya ha perdido la fe en él?” Y va Isco y empata.

Yo no sé si somos crueles. Tampoco si en Alemania e Inglaterra se vive mejor porque los periodistas hablan más del 4-3-3, 3-5-2, 4-4-2 o 3-3-4 (¿alguien juega así?, no, ya), pero lo cierto es que, a veces, tenemos más ganas de añadir agua al vino que de reflexionar sobre algo que el fútbol, el de aquí, el de Alemania, el de Inglaterra, el de Italia, nos demuestra, cada fin de semana, que nadie, nadie, gana con una mano. Ya ven, ni el Barça, ni el Real Madrid, ni el Atlético, ni el Valencia, ni siquiera la Juve de CR7 ¡que por fin ha marcado!