Pep es un revolucionario del fútbol

Josep Guardiola, entrenador del Manchester City

Josep Guardiola, entrenador del Manchester City / AFP

César L. Menotti

César L. Menotti

Pep Guardiola es un revolucionario de una revolución que ya había comenzado en la Premier. Lo que avala su revolución es lo que consigue con el Barcelona, ese fue un huracán que arrasó contra la marca personal y el libero y stopper de la marca italiana. Guardiola encuentra la eficacia y su capacidad y conocimiento hacen que asocie eficacia con belleza. El fútbol no tiene tantos misterios, espacio, tiempo y daño. Sobre cuatro acciones: defender, recuperar, gestar jugada y definir jugadas. Pep, asumiendo riesgos propios de su estilo que cuando le hacen un gol por achicar o por error la culpa es suya. Pero cuando aparecen equipos que meten diez tipos dentro de la cancha la culpa es del sistema. Es una especie de Che Guevara del fútbol porque no inventó una idea pero la sostiene con el tiempo y más allá de la adversidad que siempre juega en la vida. El azar tiene mucha importancia en la vida misma. 

¿Qué garantiza un equipo de Guardiola? Pues como cuando lees en el diario la crítica de una película. Usted sabe qué va a ver. Cuando ál abre la puerta de un vestuario, así se vaya un día a cualquier equipo, los jugadores saben a qué van a jugar. Tiene un compro personal con buscar la eficacia a través de la belleza del juego con un enorme compromiso con el buen trato de la pelota, del buen pase. Él muere en el intento con cambios de ritmo. Construye equipos solidarios entre la pérdida de la pelota y la recuperación. 

En el Bayern doblaba la punta con Lahm y Robben, y el holandés terminaba definiendo dentro del arco. Hoy Otamendi es un jugador que participa de la construcción de juego. Asumen riesgos en la tenencia de la pelota que te salen a un toque del área chica. Y en eso hay clubs que tienen una firma, un sello. Al Barça sin Busquets le cuesta un montón. Él es el sello histórico. Lo mismo le pasa con Piqué, Iniesta, etc. 

Hoy en Manchester no tiene a Messi, y no lo tuvo en el Bayern tampoco. Leroy Sané cuando llego al Manchester City no era Messi, aunque hoy lo pongan entre los mejores del mundo. Hay jugadores que los ves arriesgar que no son técnicamente futbolistas que uno suponía que lograría. Kevin De Bruyne juega, achica y hace pases de gol, son las cosas que logra Guardiola. A Vidal en el Bayern le cambió el juego. Es un entrenador que vive creando ilusiones. Vas al campo y sabes que un equipo de Pep no traiciona, hace crecer a los jugadores de manera increíble. Y me hace recordar a Cruyff cuando llevó a Bakero al Barcelona. Yo le hacía chistes porque me daba para un 9 de área. Y lo transformó en un jugadorazo. Y esos son los méritos de un entrenador. No es fácil agregarle virtudes a un jugador. 

La belleza no se busca, aparece sola. Uno ve los goles del Manchester City en los que hacen tres o cuatro toques para hacerlos. Ha logrado en el fútbol algo fundamental: un compromiso de que la pelota no se lleva, se pasa. La llevan cuando los espacios son grandes. Juega a pasar la pelota y maneja los espacios y los tiempos, logrando superioridad numérica, y tiene un arquero que juega. ¿Esto es garantía de éxito? No lo sé ni me importa. Yo si tengo que hablar como público saldría muy feliz cada vez que gana por el espectáculo que brinda. No va a ganar siempre, porque los adversarios juegan, se preocupan, y no tiene mejores jugadores que el Real Madrid o el Barcelona. Y hasta el Manchester United tiene mejores Individualidades que él. Tiene buenos jugadores pero no tiene ni a Messi, ni a Neymar, ni a Ronaldo. 

Guardiola sigue inventando. Decía el Che Guevara: en las revoluciones se gana o se muere en ellas. Aunque le toque perder jamás renunciará a este fútbol y seguirá creciendo en conocimiento. Así como los contrarios buscan soluciones para jugar contra él, él busca soluciones para mejorar. Es un técnico que garantiza una manera de jugar y no defrauda en ninguna circunstancia, aunque sufra el dominio del adversario.

La importancia de Jordi Alba

No es fácil lograr reemplazar a ciertos jugadores sino tienes tiempo. Jordi Alba le da un salto de calidad al equipo. Al Barcelona le cuesta no tener un Iniesta, un Busquets, un Messi... que dan un montón de garantías al juego. Y Jordi Alba es un imposible para el adversario. Va, llega, cierra bien y con Iniesta al lado no se podía ordenar. El Alaves jugó muy bien. No había jugado un buen partido Messi. Y necesitaba a Jordi Alba para sorprender por afuera. Es tan importante en el equipo como el mejor. Siempre tira pases, no centros. Nos encanta cuanndo da asistencias de gol. Es un jugador muy importante para el desarrollo del juego del equipo. Messi con él tiene una salida como con Iniesta. Es muy difícil de reemplazar. Son muchos los partidos en los que hay que jugar y uno tiene que pensar que va a jugar algún partido sin Messi. Y el Barcelona ganó un partido que era importante porque no merecía ganarlo, después en el segundo tiempo se impuso pero lo define de tiro libre. Fue un partido interesante para el entrenador.