La peor derrota en el peor momento y ante el peor rival

Mingueza y Benzema en una acción del Clásico

Mingueza y Benzema en una acción del Clásico / Efe

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

La impresionante racha del Barça (51 de 57 puntos desde su última derrota) se rompió en el peor momento. Y ante el peor rival. El Madrid, sin hacer nada del otro mundo, ganó el clásico y se colocó líder provisional de la Liga. El equipo de Zidane le bastó con aprovechar los errores de los blaugranas para sumar tres puntos que pueden ser decisivos para el devenir del campeonato. Quedan ocho jornadas, pero el golpe psicológico encajado en Valdebebas puede ser demoledor para el conjunto de Koeman. Y es que el Barça mostró todas sus flaquezas ante un ordenado Madrid. Especialmente en ataque, donde Messi (que estuvo a punto de marcar su primer gol olímpico) estuvo más solo que nunca. Laporta se dio cuenta (si no lo sabía ya) que si quiere construir un equipo campeón debe fichar este verano a un pichichi indiscutible. Pero no solo fallaron los delanteros. Tampoco hubo fluidez en el juego. Y la mejor versión futbolística del conjunto blaugrana brilló por su ausencia. Solo con coraje y pundonor se metió el Barça en el partido en la segunda parte. Y, tras el tanto de Mingueza, incluso pudo lograr el empate. El joven Ilaix pudo obrar el milagro en el descuento. Pero su remate se fue al palo. Ni la suerte estuvo anoche al lado del Barça.

La derrota ante el Madrid es una tremenda decepción. Porque supone un frenazo al crecimiento del conjunto blaugrana. Ya se vislumbraron dudas en el encuentro contra el Valladolid, a pesar de la agónica victoria en el último minuto. Y se multiplicaron ayer, en una primera parte en la que el Barça estuvo desaparecido. No jugó mucho mejor el equipo de Zidane, pero ya conocemos todos la capacidad de los blancos de ganar partidos casi sin querer. Ni siquiera Messi, en el que pudo ser su último clásico, fue capaz de cambiar la dinámica, a pesar de que lo dio absolutamente todo, incluso bajo el diluvio, para buscar la remontada. Fue inútil. El Barça sufrió su primera derrota en cuatro meses y fue doblemente dolorosa. Por ser ante un mediocre Madrid y por complicarle el sueño de la Liga.