El peor Barça en el mejor momento

La alineación del Barça ante el Slavia

La alineación del Barça ante el Slavia / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça transita ahora mismo en medio de una paradojalos buenos resultados no reflejan el mal juego. El equipo da síntomas más que alarmantes, y sin embargo es líder en las dos grandes competiciones. Cualquier diagnóstico basado solo en la clasificación termina con razón sepultado por el escepticismo que provoca el fútbol que vemos, pero al mismo tiempo las alarmas del juego quedan inevitablemente mitigadas por el liderato, aunque famélico, en LaLiga y la Champions. 

Por eso el club debe balancear muy bien la situación: ni puede dejarse llevar por una depresión angustiante que le bloquee definitivamente ni puede mucho menos dejar que la tabla clasificatoria tape e impida una autocrítica que ahora mismo es más necesaria que nunca. Es imposible esconder, por ejemplo, que los tres últimos grandes fichajes (Dembélé, Coutinho y Griezmann), por valor de más de 350 millones de euros, no han demostrado hasta la fecha tener ninguna capacidad de sacar las castañas del fuego o bien en los momentos críticos o bien en los partidos decisivos.

Pero es igualmente verdad que estamos a principios de noviembre, sin ningún título importante en juego, el momento adecuado para afrontar un mal momento. Es decir: el equipo exhibe muchas carencias (algunas por cierto que exigirán una profunda sacudida), pero al mismo tiempo muestra su peor versión en el mejor momento. Si antes de empezar la temporada nos dan a escoger un mes para tener un bache sin duda habría sido este.

Es justamente el momento temporal el que permite afrontar las pésimas sensaciones del equipo con un plus de serenidad que en el mes de mayo sería imposible. El Camp Nou empezó a mostrar el martes su enfado y bien haría el club en escuchar atentamente todos estos mensajes. Sin embargo, es evidente que, salvo más debacles imprevistas, hay todavía margen para el análisis reposado.

Los que piden decisiones drásticas, como por ejemplo cambiar de entrenador, sin duda deberán esperar por poco que los resultados acompañen. En cambio, los que piden una autocrítica profunda, y una revisión de todo lo que se ha hecho mal estas últimas temporadas, van ganando terreno.