Pensar en el Barça de hoy y de mañana

Leo Messi se fue cabizbajo del estadio Da Luz tras el Barça - Bayern

Leo Messi se fue cabizbajo del estadio Da Luz tras el Barça - Bayern / AFP

Jordi Cruyff

Jordi Cruyff

El 2-8 de Lisboa ha sido la señal inequívoca de que toca abrir un periodo de examen de conciencia profundo y frío, ajeno al ruido exterior, aunque parezca misión imposible.

En Lisboa vimosun partidazo del Bayern de Múnich y un mal partido del Barça, la diferencia entre los dos equipos no es necesariamente tan grande, pero una derrota tan abultada deja demasiadas opiniones en caliente. Y las prisas son malas consejeras. 

En el fútbol, como en la vida, hay momentos en los que toca tomar decisiones dolorosas y difíciles, pero con la pausa necesaria para pensar a largo plazo, no sólo en las consecuencias inmediatas de esta trágica eliminación de Champions, que también las hay.

En el terreno del mercado, la crisis del Covid-19 condicionará inevitablemente cualquier movimiento. No será tan sencillo vender ni comprar jugadores. Y en ese terreno el Barça está pasando por un verano de urgencias obligadas para cuadrar cuentas.

Fue significativo que tres jugadores por los que se hicieron inversiones importantes en los últimos años no fueran titulares en el Estadio Da Luz por diferentes motivos. Me refiero a Dembélé, Coutinho y Griezmann.

Y el doblete del brasileño no ha hecho más que hacer de esta eliminación un trance más dramático si cabe. De aquí en adelante, es importante pensárselo dos veces en un mercado que se presenta como el desafío inminente más complicado. Con el condicionante de que el filial se ha quedado de nuevo anclado en 2ªB, sin suficiente caudal donde pescar. Al final la afición blaugrana está acostumbrada a un Barça ganador, tampoco consentiría aguardar tres años a un rejuvenecimiento del equipo. La idea, sobre el papel, es muy bonita, pero la espera sería demasiado larga.

El cambio de entrenador en enero con el Barça primero en la clasificación siempre iba a ser una decisión arriesgada, como ocurre en cualquier club que destituye a un técnico a mitad de temporada. Tanto Valverde como Setién son buenas entrenadores, no es cuestión de poner en valor a uno en detrimento del otro, pero está claro que ese giro no ayudó a cambiar la dinámica.

Para tener éxito, las piezas deben encajar, no sólo en el plano deportivo, también en el exterior. Y ese famoso entorno ha estado marcado por un exceso de ruido, demasiada inestabilidad interna y demasiada información en el exterior. Es el momento de pensar en el club, no en intereses electorales marcados por las prisas y opiniones en caliente. Hasta ahora no todas las decisiones han sido buenas y sus responsables serán los primeros conscientes de esta circunstancia. Hay que dar a prioridad a lo mejor para el club y contemplar la oportunidad de dejar un legado para quien venga después. Pensar en el Barça de hoy y de mañana.

ME GUSTA

La reacción de Piqué. Me quedé impresionado con sus palabras, claras y directas. Habló como persona, aficionado, líder y alguien que siente el club en sus venas. Llegó a un Barça en declive justo cuando Guardiola se hizo cargo del equipo y lo ha visto llegar a más alto. Tiene la visión panorámica del proceso que conlleva tocar fondo para levantarse.

NO ME GUSTA

La eliminación de los equipos españoles en Champions. Algo que me invita a una reflexión impopular en los tiempos que corren. El régimen fiscal español está haciendo mella a la hora de captar talento y lo seguirá haciendo porque Italia, Francia y otros países europeos están tomando ventaja. La Ley Beckham también fue impopular, pero ayudó a impulsar al fútbol español hacia la élite.