Pensando en partidos más exigentes

El Barça noqueó al colista

El Barça noqueó al colista / DAVID RAMÍREZ

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

Demasiado correcalles

El Khimki es un rival que se presta a que el ritmo del encuentro sea de vértigo, y todo el mundo esté más pendiente de atacar que no de fajarse en defensa. El primer cuarto fue de escándalo. Ataques de pocos segundos, triples incesantes y, sobre todo, un dejar hacer detrás asombroso. Los blaugranas sólo cometieron dos faltas y el equipo ruso cuatro.

Este incesante ir y venir creo que descontroló el duelo, y también a los jugadores del Barça que ya no consiguieron jugar con criterio en lo que restó de partido. Saras se mostró muy enfadado en numerosas ocasiones viendo como los suyos se relajaban y no acababan de controlar el ritmo. Ante el Khimki este descontrol no tuvo mayor trascendencia, pero deberán vigilar ya que en breve tendrán dos rivales, Maccabi y Efes, que ya tienen una mayor consistencia. Es evidente que los hombres de Kurtinaitis tienen calidad, pero no hay duda de que, visto lo visto, se entiende que estén situados en la cola de la clasificación.

Recuperar jugadores

El caso más enigmático es, sin duda, el poco protagonismo de Heurtel. Jugó un partido más que aceptable en pista del Obradoiro el domingo, pero no tuvo ni un minuto ante el Khimki. Además, con el agravante de que Bolmaro no estaba convocado. Si no tenía problemas físicos, y no me consta, no se acaba de entender. Parece que, en Europa, Saras no cuenta con él. Alguien nos lo deberá explicar.

Pero hay más piezas del equipo que también necesitan engrasarse. Es evidente que los Mirotic, Calathes, Higgins, Davies, Smits, Abrines u Oriola mantienen una regularidad consolidada en su juego. Pero últimamente hombres tan importantes para el equilibrio del Barça como Hanga y Kuric han bajado un poco su rendimiento.

Puede que el hecho de que Hanga esté jugando casi siempre en la posición de base esté mermando su evolución. Ahora puede que reparta más asistencias, pero anota menos, pierde más balones y no captura tantos rebotes. También se echa en falta el protagonismo de Kuric. Un cañonero como él necesita estar enchufado. Y, en estos momentos, se le ve un poco descolocado