Las peñas no merecen como las está tratando el Barça

Laporta, durante la comparecencia

Laporta, durante la comparecencia / EFE

Toni Frieros

Toni Frieros

El Santo Grial del FC Barcelona son sus Estatutos, de obligado cumplimiento, y ningún presidente ni junta directiva se los puede saltar a la torera. En el primer punto del Artículo 16 se consigna: “El FC Barcelona reconoce a las peñas como movimiento social por su historia, extensión territorial, pluralismo social, consolidación y proyección pública del Club”. Además, explica que las peñas se agrupan en federaciones territoriales que a su vez forman parte de la Confederació Mundial de Penyes del FC Barcelona. 

Efectivamente, son patrimonio inmaterial del club, quizá el más importante de todos. Son las que históricamente nunca fallan, siguen al Barça en cada partido, en cada ciudad, y expanden el sentimiento culé en el mundo entero. Sin ellas el Barça no sería lo que es. Se han convertido en la segunda piel de la entidad, por eso están todas ‘incrustadas’ en la fachada del Estadi.

Un potente colectivo que agrupa a 1.250 peñas y 170.000 peñistas, de los cuales se calcula que el 15% son socios del Barça, de ahí que en periodo electoral los candidatos intenten ‘fidelizar’ su voto. Para organizarse, modernizarse y trabajar en proyectos comunes (congreso mundial, censo, carnet, sede electrónica, etc.) nació ‘Penyes Segle XXI 2021-2026’. 

La Confederación Mundial, como entidad jurídica propia, firmó un convenio con el FC Barcelona por el cual recibiría cada año el 0,34% de los ingresos ordinarios del club. Durante el tiempo de vigencia del mismo nunca han percibido más del 0,25%.

¿Mucho dinero? Baste un dato. Los peñistas invierten en el FC Barcelona un mínimo de siete millones de euros al año, a un promedio de 40 euros por persona. Son compradores netos de entradas. Es decir, a nivel económico, dan al club mucho más de lo que reciben.

Como es sabido, la junta directiva de Joan Laporta ha decidido, de forma unilateral, cerrar la Oficina de Atención al Peñista y dejar sin efecto el convenio de colaboración, vulnerando claramente una de las cláusulas ya que para hacerlo debe avisar con dos años de antelación. ¿Cómo puede incumplir el FC Barcelona un compromiso con los de su propia sangre?

Laporta conocía en profundidad el proyecto ‘Penyes Segle XXI’ porque los responsables de la Confederació de Penyes estuvieron con él dos veces en su despacho profesional cuando era precandidato. Y ya siendo candidato, firmó el 25 de enero de 2021 un documento de compromiso con la propia Confederación (¡ya lo hizo en las elecciones de 2015!), al igual que Víctor Font y Toni Freixa, en el que, entre otras cosas, decía: “Manifiesto el apoyo de la candidatura que lidero al proyecto Penyes Segle XXI y el compromiso de llevarlo a cabo con la Confederación Mundial de Peñas desde el respeto a la estructura del Movimiento de Peñas... reconociendo su autonomía para gestionar sus intereses”.

Han bastado seis meses para que veamos este flagrante incumplimiento electoral que ha puesto en ‘pie de guerra’ a todo el universo peñístico. La Confereració entiende los problemas económicos de la entidad y son los primeros en ponerse a disposición del club para dialogar, ayudar y llegar a una entente. Quieren sumar. No se puede destruir de un plumazo lo que ha costado tantos años construir. Sería deseable que el club corrigiera este mayúsculo y doloroso error.