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Ramos asegura que los árbitros no les ayudan

Ramos asegura que los árbitros no les ayudan / EFE

Rubén Uría

Rubén Uría

La película de Setién. Con el cadáver deportivo de Valverde todavía caliente, Setién se montó su película: “Cuando voy a un equipo garantizo una cosa: jugará bien”. Seis meses después de prometer algo que ningún entrenador puede cumplir eso y mucho menos, garantizar, el barcelonismo comprueba la realidad. De enero a junio, caretas fuera: les vendieron un estilo más cruyffista que el de Cruyff y ven un equipo plano y previsible. El equipo estaba enfermo antes de Setién y sigue enfermo con Setién. Messi necesita más socios y menos palabras. Piqué, Busquets y Alba necesitan más ayuda. El resto, amén de los chavales de La Masia, no da la talla. Han costado una fortuna, pero no mejoran lo que había. ¿Ganar la Liga? Puede ser. Para eso habrá que jugar mejor. Este Barça, que hace años enamoraba, ahora aburre. La película es un drama: A Setién se le está poniendo cara de Valverde.

La película de Ramos. El capitán del Madrid, alma de delantero, está de dulce y marcó un golazo que firmaría el mejor Messi. Dentro del campo, está de película Fuera del campo, también: “Parece que hay que dar las gracias a los árbitros por ser líderes. Que la gente no se monte películas”. Un discurso que, negro sobre blanco, no resiste la hemeroteca. El pasado febrero, tras perder ante el Levante, Ramos decía: “Hay decisiones premeditadas” y añadía “con este árbitro no me sorprende para nada”. Ramos tiene un código de geometría variable: cuando pierde, el Madrid sí puede montarse películas, pero cuando gana y es líder, le pide a los demás que no se las monten. Esta película ya la hemos visto antes.

La película de Llorente. Simeone le acercó al área en Anfield. Y cinco partidos después, Marcos Llorente se ha destapado como un ‘factor’ letal: participa en el 50% de los tantos del Atleti (3 goles+4 asistencias) y tiene estadística sorprendente, con 10 regates completados de 11 intentados y 50 pases completados de 62 intentados. Queda claro que Simeone se montó una película poniendo a Llorente de delantero. Una que está arrasando en taquilla.