Ser Pedri y ser normal

2002 - Pedri

2002 - Pedri / VALENTÍ ENRICH

Alfredo Martínez

Alfredo Martínez

Se puede ser un crack, se puede ser buenísimo y se puede ser una persona hasta normal.

Pedri rompe muchos de los estereotipos del futbolista moderno

, que suele dar la impresión de ser excéntrico, ostentoso y poco discreto.

El teguestero lleva la fama con enorme naturalidad. No se ha vuelto loco por más que ya ha empezado la “ Pedrimania”. En A Coruña el estadio en pleno comenzó a corear su nombre y a pedir al seleccionador que saltara al terreno de juego el centrocampista del Barcelona. Luis Enrique accedió y la locura fue mayor en las gradas. Empieza a ser norma la expectación que genera el joven isleño por los terrenos de juego de nuestro país. Y prácticamente acaba de llegar a la élite. Su carrera no ha hecho más que empezar.

Pedri parece llevarlo bien. No sabemos si algún día cambiará, pero no lo parece, lo tiene todo para convivir con la fama sin volverse loco. Un carácter sencillo, algo introvertido y una familia tranquila y prudente que apenas se conoce ni se deja sentir viviendo en un segundo plano.

Me apostraría lo que fuera a que la fama, el éxito y la gloria no le cambiaran. Y eso es una bendición. No se le conocen estridencias, no se le conocen manías. Vive por y para el fútbol.

He visto pasar generaciones de futbolistas, entre ellos muchos cracks y estrellas del fútbol en casi todas sus etapas aunque muy pocos tan insultantemente jóvenes como Pedri. Y pocos con su naturalidad. Ejerce de todo menos de estrella.

En el juego sería lo que algunas vienen a llamar un líder silencioso. Con su descomunal trabajo que aporta a su enorme calidad técnica. Las estrellas no suelen ser los primeros en apretar y correr y sin embargo Pedri no regatea ni un solo esfuerzo, ni una carrera en la presión constante al rival. Es un ejemplo en casi todo lo que hace en el campo.

Muchos decían que se exageraba con él, que no era para tanto, pero la progresión que lleva desde que aterrizara en el Camp Nou no es normal. Acabó el año extenuado y exprimido.

Alguien podía haber pensado más en el chaval. Pero tras la recaída de su lesión esta temporada, su rendimiento está siendo extraordinario. Ha mejorado en todos los aspectos, incluido uno que es muy vistoso para todos, el de llegar y marcar goles. Eso es lo que más luce y le está dando, si cabe, un mayor brillo a las ya de por sí rutilantes actuaciones de Pedri.

Además, a pesar de que dicen que el halago debilita, tampoco parece que esos elogios constates que recibe de compañeros, rivales, aficionados o prensa le nublen en absoluto.

Llegó en silencio, sin generar grandes expectativas para quienes apenas habían oído hablar de él, buscando cumplir su sueño de niño cuando ya le gustaba el blaugrana.

En poco más de una temporada ha conquistado el corazón de los barcelonistas. Hay Pedri para rato. Una bendición para el fútbol y para el Barcelona.

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