Paulinhos y Vitinhos

Vitinho ya posa con la camiseta del Barça

Vitinho ya posa con la camiseta del Barça / fcbarcelona.cat

Jordi Costa

Jordi Costa

Florentino Pérez anda crecido, y no le faltan razones. No sólo por el reciente doblete blanco, sino porque ya van tres jugadores este verano –Vinicius, Theo y ahora Ceballos– que pasan del Barça para alistarse en el Madrid. Tanto es así, que el lunes en la presentación de Theo Hernández, el presidente merengue aparcó su tradicional “Fulano ha nacido para jugar en el Real Madrid” para agredecerle al lateral francés que prefiriese defender la camiseta blanca a pesar del interés de otros equipos de Europa. Sin citarlo, todos captamos la pulla al Barça.

Pero no es sólo la muletilla lo que ha aparcado Florentino. También su querencia por los fichajes galácticos a cambio de apostar por los jóvenes más prometedores. Desde que fichó a James en 2014 por 80 millones, una operación que se ha revelado ruinosa tras su cesión al Bayern, la lista de refuerzos blancos ha virado hacia los Casemiro, Morata, Asensio, Vallejo, Theo y Ceballos, y huelga decir que no le ha ido mal. Si se trata de una estrategia firme habrá que verlo cuando cierre el mercado, ya que el presidente blanco no esconde su fijación por Mbappé, que sería un fichaje tan joven por edad como galáctico por el precio. En cualquier caso, sí es un patrón que se repite por tercer verano consecutivo y cuyo inspirador nadie acierta a distinguir teniendo en cuenta que el director deportivo sigue siendo el mismo: Florentino.

En el caso del Barça, se invierten los términos: este verano se le acumulan los ‘no’ de jugadores que prefieren irse al eterno rival a pesar de que, aparentemente, tendrían más opciones de jugar en el Camp Nou. Y, una vez aparcado Verratti y descartado Bellerín, se debe reconstruir a toda velocidad la estrategia en el mercado. A 13 de julio y habiendo nombrado director deportivo a medio verano. Mal síntoma.

Precipitarse en las compras pagando disparates es tan peligroso como dejar correr el calendario y que se te echen las urgencias encima. Ahora ya da igual si los fichajes ilusionan o no; lo que importa es que mejoren el equipo, y Paulinho no hace ni una cosa ni otra. Mientras esperamos, llega Vitinho, un brasileño de 19 años que viene cedido por el Palmeiras –donde no jugaba– para reforzar al filial, pero que prácticamente fue del aeropuerto a entrenar con el primer equipo.

Valverde viene de un club donde, por su filosofía, cuesta horrores fichar y ya ha comprobado que tampoco el Barça lo tiene fácil. Habrá que confiar que no se desanime con los vaivenes estivales.