Paulinho empieza a justificar su fichaje con un golazo

El FC Barcelona debía confirmar en Getafe su buen inicio de temporada, con cuatro victorias consecutivas (tres en la Liga y una en la Champions). Los triunfos se habían convertido en el mejor bálsamo para una afición que había sufrido un decepcionante verano con la política de fichajes del club. Además, ganar ayudaba a que la construcción del proyecto de Valverde pudiera ser más plácido.

Los blaugrana, que se habían puesto +4 sobre el Madrid en la Liga gracias a los tropiezos de los blancos, aspiraban, incluso, a ampliar su ventaja sobre el conjunto de Zidane, que este domingo juega en el complicado campo de la Real Sociedad. Y su aspiración se convirtió en realidad gracias a un golazo de Paulinho, ese futbolista denigrado por venir de la Liga china y que ya ha demostrado que no es, ni mucho menos, tan malo como algunos lo querían pintar. Con ese golazo ha comenzado a justificar los 40 millones que se pagaron por él.

Paulinho no era tan malo como nos querían hacer creer

El Barça protagonizó una pésima primera parte que ni siquiera Messi pudo arreglar: Guaita desvió en el minuto 46 un lanzamiento de falta prodigioso del crack argentino que podía haber significado el empate. De hecho, era el segundo disparo del conjunto de Valverde, que evidenció una preocupante escasez de ideas a la que se unió la lesión muscular de Dembélé. El Getafe hizo un gran planteamiento defensivo, dejó a los blaugranas sin espacios y le puso una intensidad al encuentro que le permitió ganar el 55 por ciento de los duelos individuales. El 1-0 al descanso fue más que justo.

REACCIÓN Y VICTORIA

La entrada en la segunda mitad de Denis Suárez por Iniesta modificó el escenario. Denis y Deulofeu, que había sustituído al lesionado Dembélé, dieron más oxígeno al Barça y más profundidad. El propio Denis Suárez marcó el gol del empate y abrió el que podía ser el camino de la victoria blaugrana en un estadio muy complejo. Un camino que culminó nada más y nada menos que Paulinho, con un golazo de crack. El brasileño, que entró por Rakitic, controló, encaró, aguantó el empujón del rival y definió con maestría su primer tanto como blaugrana.

Un tanto que daba un importantísimo triunfo. Fue un partido muy duro. Muy trabajado. Pero el Barça, sin brillantez, sumó tres puntos más que sirven para seguir soñando.

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