Paulinho y Denis Suárez sacaron petróleo en Madrid

Denis Suárez marcó el gol del empate en Getafe

Denis Suárez marcó el gol del empate en Getafe / AFP

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

El Barça en Getafe pudo llevarse un disgusto y acabó sumando los tres puntos. Su equipo es tan superior al rival que aún jugando mal, regalando el primer tiempo, lesionándose Dembélé, fue capaz de mantener la imbatibilidad a base de coraje y esfuerzo. Una victoria que tiene mérito por la forma cómo la consiguieron, no por el juego desarrollado. Pobre, deslavazado y sin punch. Jugar a las cuatro de la tarde, a la hora de la siesta, parece que les afectó. Salieron dormidos, jugaron andando y dejaron que el Getafe se les subiera a las barbas. La cara de Valverde en la banda revelaba preocupación y decepción. No jugaban a nada y tampoco brillaban las individualidades.

El día que Messi no está inspirado, se sufre más de la cuenta. Tras el partidazo contra la Juventus, tuvieron un bajón evidente. Los mismos jugadores parecían otros. La suerte es que nunca bajaron la cabeza, se pusieron el mono de trabajo y pelearon por levantar un marcador que en caso de derrota les hubiese hecho daño. Fue el otro Barça, el de luchar sin tregua hasta la victoria aunque el espectáculo brillara por su ausencia. En estas circunstancias Valverde fue valiente y tuvo su recompensa. Los protagonistas de dos cambios firmaron la victoria, dos jugadores salidos del banquillo y con ganas de demostrar que tienen mucho qué decir. Paulinho y Denis Suárez sacaron petróleo en Madrid.

Denis Suarez hizo ayer de Marco Asensio. Salió y marcó un gol que evidencia su clase. Recibió el balón en el área, lo pisó, miró a portería y envió un balón a la escuadra con un disparo potente y colocado. El gallego es un jugador que necesita partidos y confianza. Tiene ganas y amor propio, únicamente le falta tener oportunidades para ser algo más que el jugador número 12 o 13.

El otro triunfador fue Paulinho, un jugador que sin ser un crack será un puntal importante por su fuerza física, llegada al área y experiencia. Hasta ayer, era un brasileño marcado por el elevado coste de su fichaje, la edad y la procedencia, China. Después de marcar un gol decisivo se ha sacado un peso de encima. La imagen de sus compañeros abrazándole con alegría fue la clara demostración de que es un jugador de equipo al que hay que valorar por su rendimiento y no por los antecedentes. El día que Messi no marcó, que Suárez sigue en una baja forma manifiesta y que perdimos a Dembélé por varias semanas, se puso en evidencia que hay motivos para confiar en el banquillo barcelonista. Valverde puede estar contento, tiene un equipo que es capaz de ganar sin jugar bien. Esto en el Athletic de Bilbao no le pasaba. Para ganar la Liga no se pueden regalar puntos en los campos de los modestos.