Este partidazo merece un milagro

Xavi, durante el partido

Xavi, durante el partido / JAVI FERRÁNDIZ

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

A Xavi le hubiera encantado entrenar a Messi. Y a Messi le hubiera encantado ser entrenado por Xavi. Pero, como diría el propio Leo, no se dio. El crack argentino y el técnico blaugrana no han podido reeditar su conexión futbolística, en esta ocasión con Xavi en el banquillo. Sin embargo, Messi ha avalado desde París el fichaje de su excompañero como nuevo entrenador del Barça: “Xavi hará crecer al Barça. Sabe muchísimo y conoce la casa a la perfección”. El apoyo del mejor jugador del mundo es, sin duda, un acicate. Compartieron vestuario durante once temporadas y ayudaron a construir, con su magia y su talento, el mejor Barça de la historia. Las circunstancias han impedido el reencuentro, pero el cariño y el respeto se mantiene desde la distancia. Ambos viven nuevas aventuras, tal vez inesperadas, pero ilusionantes. Sendos retos para estos grandes ganadores.

Tal vez sus caminos su crucen en la Champions. Quien sabe si el caprichoso bombo deparará un futuro enfrentamiento entre el PSG y el Barça. Pero antes los blaugranas deben buscar su clasificación para los octavos de final con un ‘milagro’ en Munich. Este martes, el Barça tenía que ganar al Benfica para lograr su pasaporte matemático y no pasó del empate. El próximo 8 de diciembre tendrá que lograr la victoria ante el todopoderoso Bayern. O, al menos, repetir el resultado que los portugueses logren ante el desahuciado Dinamo...

El Barça jugó una primera parte simplemente espectacular. Con intensidad. Con velocidad. Con presión. Con recuperación. Solo faltó el gol. Pero el equipo brilló como hacía mucho tiempo que no se veía. Trabajando solidariamente. Y con una mentalidad ofensiva propia de un conjunto campeón. La mano de Xavi se notó en la alineación (con Demir como extremo) y en el sistema (3-4-3). También en el corazón que le pusieron los jugadores. Sobresaliente Araujo. Sobresaliente Busquets. Sobresaliente Nico. Sobresaliente Gavi. Todo salió perfecto... menos el remate a portería. De ahí que se llegara al descanso con un injusto 0-0.

El Barça necesitaba marcar. Solo valía la victoria. Era el único resultado que otorgaba el pasaporte para octavos de final de la Champions. Y Xavi arriesgó con Dembélé. El francés fue el mejor de la última media hora, pero su talento no fue suficiente para encontrar el camino del gol. El Barça solo ha marcado dos tantos en cinco partidos europeos. Eso lo dice casi todo. Ahora, Xavi deberá obrar su primera gesta como técnico. El partidazo de este martes bien merece el milagro.