Para Piqué, votar es votar libertad

Julen Lopetegui sigue confiando en Gerard Piqué en la selección española

Julen Lopetegui sigue confiando en Gerard Piqué en la selección española / EFE

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Piqué es un ‘rara avis’ en el mundo del fútbol. Se aparta de la norma del jugador robot, de los tópicos, de las declaraciones manidas. Utiliza la cabeza tan bien como los pies. En el campo tiene talento, coraje y entrega. En su vida personal es un tipo con carácter, personalidad y valentía. Dice lo que piensa y piensa lo que dice. Siempre va de cara, no teme a nadie y no le ha ido mal en la vida. Asume que su forma de ser no gusta a todos pero prefiere usar la libertad de expresión antes que morderse la lengua. Piqué es Piqué, personal e intransferible. Capaz de llevar a su hijo a la manifestación del 11 de septiembre con la senyera y de vestirlo en el Bernabéu con la roja de España. Un futbolista que rompe moldes y quizás por esto se lleva tantos palos.

Ahora vuelva a estar en el ojo del huracán. Un tuit suyo ha vuelto a revolucionar el mundo del fútbol. No ha dicho nada nuevo, simplemente ha expresado sus sentimientos, su postura a favor del derecho a decidir, su deseo de votar mañana domingo. Pero esto en Madrid se ha tomado como una ofensa, como un desprecio, como un ataque. Para ellos el referéndum es ilegal y de nada sirve que Piqué haga una llamada para votar pacíficamente. De inmediato las redes sociales han disparado con bala, han sacado los instintos más bajos a pasear, han lanzado el hashtag “Piquefueradelaseleccion”. Vuelve a ser el malo de la película aunque siempre ha manifestado compromiso, comportamiento y actitud con La Roja.

Sergio Ramos, el capitán de la España unida que jamás será vencida, en vez de apaciguar la polémica, de echar una mano abierta a su compañero, de ignorar unas palabras que no van contra la selección, ha lanzado un mensaje envenenado: “No creo que estas declaraciones le ayuden a que no le piten”. Y para terminar de rematarlo comentó: “Es libre de expresarse, otra cosa es que le venga bien”. Todo esto sucede a tres días de que Piqué se concentre con La Roja para jugar contra Albania e Israel los partidos clasificatorios que darán el pasaporte definitivo para Rusia 2018, el Mundial donde el central  barcelonista tiene previsto retirarse de la selección.

Menos mal que el seleccionador Lopetegui ha demostrado que se viste por los pies, ha hecho oídos sordos a la campaña que pedía dejar a Piqué fuera de la selección y lo ha convocado para la concentración de la próxima semana con una declaración contundente: “Aquí se rompe el alma”. Afortunadamente han primado las razones deportivas. 

A Piqué hay que aceptarlo como es. Un tipo sincero, sentimental y valiente que lucha en la jungla del fútbol como si fuera un suicida, que vive la vida con intensidad en todos los campos. En el Barça, en la selección y en su casa. No lo ha tenido fácil en el Camp Nou donde siempre se le ha exigido al máximo. Ha tenido problemas en varios campos de España defendiendo La Roja por decir lo que le dicta su conciencia. Y tampoco debe ser fácil compaginar la vida con una artista de fama mundial como Shakira. Pero Piqué puede con todo y hasta tiene tiempo de mostrar sus afectos políticos y su compromiso con la libertad de votar. Más que criticarlo, hay que destacar su valentía.