Opinión
¿La pañolada del Palau era contra el palco?
La afición azulgrana estalló por primera vez tras la derrota contra el Manresa y los Dracs se fueron a un minuto del final

Núñez no anota ni uno de cada cuatro triples que lanza / VALENTÍ ENRICH
El Barça volvió a dar la de arena y cayó con justicia este domingo en el Palau contra un excelente BAXI Manresa (92-103). Una temporada llena de altibajos y que por fin hizo reaccionar a la afición del Palau, que pitó en algunas ocasiones al equipo y hasta se vieron los pañuelos.
Pero... ¿a quién iban dedicadas las quejas? La grada no silbó a Joan Peñarroya cuando se retiró a los vestuarios ni se cebó especialmente con sus jugadores pese a otro partido muy gris de Kevin Punter y a la habitual intrascendencia del mejor pagado (de largo) de la plantilla, Willy Hernangómez. Incluso se marcharon los Dracs a un minuto del final, algo insólito.
Mientras el Real Madrid ha reaccionado en la pista y en los despachos con los fichajes de Dennis Smith Jr. y Bruno Fernando, la planta noble del Barça tan solo ha podido ofrecer la incorporación de un jugador medio lesionado como Raulzinho Neto y el fiasco de Thomas Heurtel, quien ha acabado en A Coruña.
¿De verdad que no se puede fichar a nadie? ¿No se puede, no se quiere o no se sabe? Lo peor de todo es deslizar que tan solo hay disponibles 300.000 euros o, a lo sumo 400.000. ¿Esa es la apuesta del club por su sección de baloncesto? Aunque claro, viendo cómo van las obras del nuevo Palau, todo se entiende. Modo ironía on.
Josep Cubells no tardó en salir a la palestra tras las victorias en la primera quincena de enero, pero no sube a decirle a Joan Laporta que el equipo necesita refuerzos. Mientras, Juan Carlos Navarro no ejerce de director deportivo (aún se espera su valoración del curso pasado) y el equipo necesita aire fresco como el comer.

Vesely, Laprovittola y Anderson, tres bajas de calado / VALENTÍ ENRICH
Si las cosas no salen en el Palau el miércoles contra el Maccabi, el viernes frente a Olympiacos o el domingo en Valencia, Joan Peñarroya volverá a estar en la cuerda floja como sucedía con Roger Grimau, pero los autores de la confección de la plantilla seguirán en sus puestos. El que venga tendrá a un Willy apático, a un Fall que hace lo que puede y a varios jugadores con problemas físicos como Vesely o Anderson más Lapro KO hasta el verano. O a Punter, que pasa de puntillas por demasiados partidos y es incapaz de aprovechar los bloqueos.
El técnico tiene parte de culpa en la situación actual, pero ni mucho menos es el máximo responsable. "Tengo la sensación de que el refuerzo al final no llegará", decía recientemente un poco harto de tanta desidia de los rectores del club. Que se lo cuenten a Laporta, que sigue siendo alérgico al Palau. Ya está. No me caliento más.
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