Las 'palancas' también son 'mochilas' del pasado

Botiga

Botiga / David Ramírez

Toni Frieros

Toni Frieros

Con crisis económica o sin ella, con pandemia o sin ella, con herencia envenenada o sin ella, la revista Forbes, cuya reputación y prestigio está fuera de toda duda, manipulación, intereses y lobbies, ya afirmaba en mayo de 2021 que el FC Barcelona era el club de fútbol de mayor valor económico del mundo y la tercera entidad deportiva global. Fue una noticia muy positiva que pasó de puntillas por foros y tertulias donde se disecciona cada día la actualidad del Barça. ¿No interesaba desmontar ciertos mantras y relatos prefabricados?

No pasa un solo día que no se hable y se escriba sobre herencias y mochilas, como si mirar constantemente hacia atrás pudiera resolver de un plumazo los problemas del presente. Miren, tan cierto es que a la anterior junta directiva se le fue la mano a la hora de satisfacer a unos futbolistas mimados e intocables fabricando una masa salarial desorbitada, como que en 2021 se hubiera podido cerrar el ejercicio con muchísimas menos pérdidas. De haberse querido, incluso con beneficios, porque las pérdidas COVID no computaban. Y algunos de aquellos 'polvos' han traído estos' lodos'. Porque, veamos... ¿depreciamos a Coutinho y hoy lo vendemos por 22 millones? ¿Depreciamos también a Umtiti y ahora lo renovamos? ¿Provisionamos el litigio de Neymar y luego llegamos a un pacto con él? ¿Alguien ha 'descontado' esas 'pérdidas', pérdidas que, por cierto, no existen ni para Hacienda ni para LaLiga? 

Igualmente no deja de ser curioso que las ahora llamadas 'palancas', los activos de toda la vida, vayan a ser la 'salvación' del club y permitan fichar y tener 'fair play' financiero. La venta del 49% de la empresa Barça Licensing & Merchandisin (BLM), y otro importante porcentaje de Barça Studios, también son 'mochilas' heredadas. ¿O han surgido por arte de generación espontánea? Las hubieran podido activar en el primer semestre de 2021, pero no lo consideraron oportuno. Estaban en su derecho si creían que necesitaban más tiempo para firmar la propuesta más ventajosa, pero al menos que no se queje nadie. Tenían un extintor en las manos y no lo utilizaron.

La moraleja de este cuento es que la marca Barça sigue siendo un valor sólido y atractivo para empresas inversoras, fondos, bancos y toda la industria del fútbol. Mientras aquí seguimos 'apuñalándonos' en twitter y tertulias, y hablando de mochilas y herencias, el prestigio del FC Barcelona permanece inalterable. Y eso es mérito de todos, de los que estaban antes y de los que están ahora.