La paella de Koeman

Koeman, optimista

Koeman, optimista / sport

Xavi Torres

Xavi Torres

<strong>Ronald Koeman quiere a Memphis Depay.</strong> Dibuja el fútbol del Barça en su cabeza y ve que el círculo no acababa de cerrarse. Por eso quería fichar al delantero del Olympique de Lyon. No es que sea un gran goleador pero tras la convivencia de ambos en la selección holandesa todo cuadró. Se cerró el mercado y el Barça se quedó con una plantilla con un solo delantero centro puro, Martin Braithwaite, que no da para la titularidad en un equipo que pretende ser campeón. Koeman insistirá en enero. 

Así las cosas, al héroe de Wembley solamente le quedaba una salida: tratar de poner a sus mejores futbolistas en una paella y removerla tanto tiempo como sea necesario hasta que todos encajen, parafraseando al histórico Carles Rexach, como si fueran alubias. O sea, cambiar de sistema -del clásico 4-3-3 al 4-2-3-1- para meter a más cracks en el once inicial y procurar no fiarlo todo a los goles de Leo Messi. Además de él, habría espacio para tres delanteros más, a elegir entre Antoine Griezmann, Ansu Fati, Philippe Coutinho y Ousmane Dembélé. Desaparecía, por tanto, el 9 clásico y regresaba a can Barça el tantas veces exitoso falso 9.

Tras cuatro partidos Koeman sigue removiendo la paella. Coutinho y Fati pasaron por el banquillo del Alfonso Pérez tras completar semana y media de selecciones y a Dembélé, le dedicamos espacio y tiempo en esta misma página. Aprovechamos para debatir sobre Griezmann, el hombre que cuando empieza el partido parte de la posición de 9. De entrada, un comentario: efectivamente, no es su posición, así que todo cuesta un poco más porque, aunque tenga 29 años y sea campeón del mundo, el futbolista acostumbra a jugar por inercia y se suele despistar cuando varían sus dinámicas. Hay que entender muy bien el juego para cambiar de demarcación y seguir rindiendo al 100%. Y más de falso 9, donde hay que jugar mucho y pensar, todavía más. 

El partido de Griezmann en Getafe exhibe muy bien la realidad de su fútbol en esa posición. Apenas intervino -31 veces-; solamente chutó a puerta una vez -minuto 30, una gran ocasión-; no abrió espacios para los compañeros -el Barça cerró el partido con seis remates a puerta, dos menos que el Getafe-, y apenas se asoció con Messi, la referencia ofensiva del equipo y a partir del cual se generan todos los movimientos -del balón y de los propios compañeros-. Además, trazó en 80 minutos, siete desmarques de ruptura invisibles para sus compañeros. Demasiadas cosas no funcionan para Griezmann. No es un 9 ni un falso 9 pero la segunda punta, por razones obvias, es para Messi. Nadie nunca dijo que el camino para triunfar en el Barcelona fuera fácil pero al delantero francés le toca poner un poco más de su parte. Porque Depay ya descuenta los días para entrar en la paella de Ronal...  

Pensar antes que correr

Dijo Johan Cruyff que al fútbol se juega con la cabeza y que se usan los pies. Dembéle volvió el sábado a la titularidad diez meses y medio después de la última ocasión, un 27 de noviembre de 2019, ante el Borussia Dortmund (victoria por 3-1), en el que jugó 26 minutos antes de volverse a lesionar. En ese tiempo han cambiado muchas cosas pero hay una que no ha variado ni un ápice: la actitud de Dembélé ante el juego. En el minuto 4 ya había perdido tres balones y cerró una primera parte desesperante con 11 pérdidas. Antes de ser sustituido, a los 62 minutos, todavía añadió a la cifra dos balones perdidos más.

Estos datos no son solo cifras sino que afectan decisivamente al juego de su equipo impidiendo la  continuidad en las combinaciones para posicionarse en campo contrario y evitar las contras del rival. La irresponsabilidad de Dembélé desespera a sus compañeros porque una cosa es jugarse el regate cerca de la portería contraria –en este caso, casi una obligación para él- y otra, muy diferente, hacerlo en terrenos pantanosos. Cuesta entender que la toma de decisiones del delantero francés sea, casi siempre, equivocada. Debe saber que hacer jugadas no tiene nada que ver con jugar al fútbol. Valoran algunos la personalidad de su juego, dicen, el de los talentos anárquicos que hacen confundir sus actuaciones con el arte. Hablan de Garrincha, Best, Mágico González, Gascoigne, Higuita o Cantona. Valoren ustedes. Y casi que dejaremos para otro día hablar de rendimientos… 

El Barça femenino se aburre

Otro 0 a 6, esta vez, ante el Sporting de Huelva. Su superioridad es tan exagerada que empiezan a no celebrar los goles por no faltar el respeto. Su lucha por mejorar está en cada entreno y en Europa. Ojalá los clubes de la Liga Iberdrola apuesten pronto de verdad por sus equipos femeninos.

Las malas artes de Nyom 

El jugador del Getafe le dio un codazo a Messi absolutamente vergonzoso que Soto Grado convirtió en una tarjeta amarilla para Sergi Roberto, por protestar. Después dio un recital de mala educación cerrado con un clásico “lo que pasa en el campo, se queda en el campo”. ¿Por qué?