Ousmane Dembélé y su 'hecho diferencial'

En una temporada tan complicada para el Barça como está resultando la 2020-21, con un Ronald Koeman achicando agua al mismo tiempo que reconstruye el barco, los brotes verdes que ofrece el equipo se convierten en el salvavidas que mantienen a flote las esperanzas de la ‘gent blaugrana’. Cierto; el equipo es capaz de ofrecer varios partidos en uno, y cuando los rivales suben el nivel de exigencia quedan más en evidencia las carencias de un equipo a medio hacer.

Falta de efectividad en el área rival, concesiones defensivas en las faltas laterales, los dichosos penaltis... Pero también es gratificante comprobar que Ousmane Dembélé, por fin, se asemeja a aquel delantero espectacular y único que deslumbraba en el Borussia Dortmund. Es mérito de Ronald apostar por Pedri, pero también lo es que haya conseguido que El Mosquito se acerque a su mejor versión.

compromiso y actitud Esta misma semana leíamos que de la mano de Koeman, el francés ha cambiado el chip. Se cuida y su cuerpo lo está agradeciendo. Desde que el 29 de diciembre salió del banquillo para marcar el gol del empate ante el Eibar, ha encadenado seis titularidades. Ha aportado un gol y una asistencia, pero sobre todo ha dado al equipo desequilibrio en el uno contra uno y verticalidad. El Barça actual necesita con urgencia futbolistas diferentes, con chispa y un ‘hecho diferencial’ más aún en partidos como el de esta tarde, en el que no estará el capitán Leo Messi.

Dembélé combina su extrema habilidad de ambidiestro con una velocidad endiablada. Su punto de genio hace imprevisible su fútbol, para amigos y enemigos. Es capaz de tirar un penalti como un párvulo y, a continuación, marcar un golazo, como sucedió en Cornellà. Crucemos los dedos.