El otro tridente

Estamos en lo de siempre, el fútbol es gol y los héroes, ídolos y Balones de Oro son los delanteros

Arthur y De Jong, este curso

Arthur y De Jong, este curso / Valentí Enrich

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Estamos en lo de siempre, el fútbol es gol y los héroes, ídolos y Balones de Oro son los delanteros. A partir de esta realidad, es lógico que el tridente que más apasiona sea el del ataque, y más en el caso del Barça, que por algo tiene al mejor futbolista de todos los tiempos. Cualquier tridente en que el juegue Messi, que es mucho más que el 33% que le correspondería, tiene el éxito asegurado. Y si al lado tiene a Luis Suárez, el mejor rematador del fútbol actual junto a Cristiano Ronaldo, entonces ya no cabe ninguna duda. Y si el tercero es Neymar, en su momento, o Dembélé, o Griezmann, el tridente ya es insuperable. De la victoria en Eibar y el liderato que el Barça ya ostenta en la Liga, se extrae que el equipo de Valverde es muy superior a sus rivales. En cuanto ha vuelto Messi y Griezmann ha tenido dos meses de competición para entender el sistema, las cosas se han puesto en su sitio. El tridente marcará las diferencias, no les quepa duda. 

Pero hay otro tridente que me gustaría destacar, el del centro del campo. El tridente atacante es muy claro, no caben dudas. Usted, yo y el noventa y nueve por ciento de los aficionados, pondríamos a MessiSuárez y uno más, que si es Griezmann Dembélé, tampoco va a empeorar nada. Pero en el centro del campo, en la sala de máquinas, ya es otra cosa, hay mucho más donde escoger y según a quien se alinee se cambia el estilo, el concepto y la manera de jugar del equipo. Pues bien, Busquets, De Jong y Arthur se consolidan como el triángulo del que más se fía Valverde. Sabia decisión, aunque no la más fácil de adoptar. Para empezar, Busquets dejó dudas al final de la pasada temporada y no las ha acabado de despejar en el inicio de esta. Para seguir, De Jong podía parecernos, en sus primeros compases como azulgrana, más mediocentro que interior. Y para terminar, poner a Arthur como tercera pata podría dejar el centro del campo falto de sacrificio e intensidad física. Bien, pues un poco de cada cosa es verdad y así ha tenido que ir ajustando el entrenador en momentos puntuales, rotando a Busquets y, muy especialmente, recurriendo a Arturo Vidal, sobre todo en los partidos importantes.

Todos recordamos aún cómo el chileno cambió el encuentro ante el Inter o cómo partió desde el inicio contra el Sevilla. Pero que el tridente sobre el que se asienta el juego del equipo sea Busquets, De Jong, Arthur es una  declaración de intenciones que no admite duda. El equilibrio táctico de Busquets, que aun sin estar al cien por cien es el que mejor cumple esta función; el pase, la conducción, la visión de la jugada y el amplio recorrido de De Jong, que ya son seña de identidad del equipo, y el control, pausa y capacidad para marcar el ritmo de Arthur, que mantienen el sello que tan bien va al tridente de la delantera. Insisto, no es lo mismo jugar con estos que con Rakitic, Aleñá o Sergi Roberto. Aquí Valverde ha apostado por la calidad en su grado sumo, asumiendo unos riesgos que el talento siempre debería superar. Es importantísimo que el entrenador se haya dado cuenta de que a Messi hay que ponerle a su lado a los que hablan su mismo idioma futbolístico. Con estos dos tridentes, es más fácil jugar bien. Y jugando bien es cómo se ganan los títulos.