El orgullo que no conocen los mediocres

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Jordi Blanco

Jordi Blanco

Intentar razonar con quien no sabe es casi tan inútil como discutir con quien sin saber se cree que sí sabe. Esos son los peores. Los que con el poder en sus manos se atreven a pensar que les ampara la razón para hacer y deshacer a su antojo. Y lo hacen sin miramientos.

Luego ocurre lo que ocurre: que un Guardiola les deje en la estacada en el mismísimo Barça o que un Òscar les plante en un más pequeño Saint-Étienne.

El hilo conductor de todo ello es el ‘cruyffismo’, una forma de ser, de pensar y de actuar que no pueden entender esos mediocres que disfrutan el poder pero jamás tendrán la razón. Son pobres, por mucho dinero o poder que posean. O crean poseer.

Si en el Camp Nou la sombra fue muy alargada, en Saint-Etienne se arrepentirán. Seguro.