El optimismo de Xavi ante su primera final

Xavi, durante la rueda de prensa

Xavi, durante la rueda de prensa / FCB

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Xavi es optimista por naturaleza. Solo visualiza el éxito. Y nunca piensa en el fracaso. Su ilusión es contagiosa. Tanto que en apenas dos semanas ha sido capaz de transformar completamente el estado de ánimo de los culés: de la tristeza más profunda se ha pasado a una euforia tal vez desmedida. El nuevo entrenador del Barça no considera ningún escenario negativo. Se niega, rotundamente, a contemplar otro resultado que no sea la victoria. Incluso en circunstancias tan adversas como las actuales. Su actitud positiva (en la misma línea que la del presidente Laporta) ha sido un bálsamo para todos aquellos barcelonistas que habían sucumbido al pesimismo y al desasosiego por el mal juego y los malos resultados del equipo.

Los socios y aficionados blaugranas confían ciegamente en el talento de Xavi para resucitar a un Barça moribundo. Lo demostraron el pasado sábado, animando como nunca en el sufrido triunfo ante el Espanyol. Y lo harán, sin duda, esta noche, en la primera final de esta Champions, contra el Benfica. Xavi solo concibe jugar bien, marcar goles y ganar a los portugueses para lograr la clasificación para los octavos de final. Cualquier otra hipótesis no pasa por los pensamientos del técnico. Y este optimismo del entrenador es el primer paso para lograr el éxito. 

Xavi, por supuesto, es consciente de la complicada situación que atraviesa el Barça. Agravada por la plaga de lesiones que le ha dejado sin delanteros. Pero ante la falta de gol, el técnico blaugrana apuesta por el trabajo colectivo. La segunda línea debe ser más ofensiva, la estrategia tiene que aportar más y los defensas están obligados a ser los primeros atacantes. Y, en este sentido, el entrenador apela nuevamente al estilo como mejor argumento: tener el balón, recuperarlo rápidamente tras pérdida, presionar muy arriba, ser valientes, llegar al área, jugar con velocidad y precisión... En definitiva, poner en práctica el modelo que ha hecho del Barça un club único en el mundo.

Xavi sabe que este es el único camino. Porque lo vivió (y lo disfrutó) como futbolista. Y ahora quiere aplicarlo como entrenador. Ante el Espanyol, de forma muy sutil, ya pudimos observar algunos cambios significativos. Esta noche, contra el Benfica, la mejoría debe ser todavía mayor. Porque el reto es aún más grande. Y el premio, por supuesto, también. Ganar es estar, un año más, en octavos de final de la Champions. Y ya serían 18 temporadas consecutivas. La eliminación no se contempla. Con Xavi, no...