Opinión

Once años después de Tito, Carles

La plantilla del FC Barcelona acudió ayer por la tarde en bloque al tanatorio para rendir su último tributo a Carles Miñarro, doctor de la entidad azulgrana fallecido por sorpresa el pasado sábado. Hace algo más de 48 horas que no bajó a merendar con el resto del staff técnico y después saltaron todas las alarmas cuando se lo encontraron muerto en su habitación.

El estado de shock del equipo perdura todavía hoy y quizás el partido de esta noche contra el Benfica llega demasiado pronto. Quizás. Un acto como el que nos ocupa puede implicar diferentes reacciones por parte de un grupo humano. Desde sentir una desazón que le deje sin fuerzas para competir o la de unir y inyectar una energía añadida para superar este duelo y todos los obstáculos que puedan aparecer. 

¿Es parecido el caso para el vestuario del Barcelona esta muerte como lo fue la de Tito Vilanova? Hay una diferencia significativa como el hecho de que el adiós de Tito fue la historia de una muerte anunciada, una enfermedad que se le iba llevando por delante que provocó que el vestuario se fuera haciendo a la idea que el final era inevitable. La muerte de Tito juntó al grupo que acabó sembrando un hito histórico al ganar la liga de 100 puntos. Fue el homenaje de los jugadores a su guía desaparecido.

Un caso parecido

El médico Carles Miñarro no era el entrenador, pero este tipo de integrantes del staff, ya sea médico, fisio, jefe de prensa o encargado de material son muchas veces algo más que un empleado. Fue precisamente Angel Mur quien ayudó a Carles Puyol a ser un líder de la defensa aconsejándole una mayor implicación en el mando, en hablar con sus compañeros, el dirigir. Bajo sus consejos, Puyol dio este paso. Para los jugadores, esta familia que les rodea son especiales si son leales, algo que nadie duda de Miñarro. Son su confidente, su muro de las lamentaciones, su esponja de tristezas y de alegrías...

Y en el caso de un doctor, habitualmente encargado de comunicar malas noticias, es quien más empatía debe demostrar entendiendo el momento de debilidad de quien tiene enfrente. Hoy, vuelven a vivir una experiencia parecida sin Carles delante que les pueda escuchar.