Los números mejoran, las sensaciones no

Koeman, en una imagen de archivo

Koeman, en una imagen de archivo / FCB

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

La última derrota del Barça en la Liga data del 5 de diciembre. Fue en el campo del Cádiz (2-1), en plena crisis de juego y resultados del equipo de Koeman. Desde entonces, los blaugranas han disputado 9 partidos. Y lo han hecho consiguiendo números de campeón: han sumado 23 de los 27 puntos posibles, con 7 victorias (las últimas cuatro, consecutivas y con el valor añadido de haberlas logrado a domicilio) y solo 2 empates. Estadísticamente, el rendimiento del Barça en el último mes y medio es casi impecable. Pero las sensaciones contradicen a los números. La imagen ofrecida genera desasosiego y la fragilidad defensiva provoca que muchos partidos se vivan al límite. El equipo gana sin ser fiable. Y eso, sin duda, es el mejor elogio que se le puede hacer a Koeman. Existe competitividad y compromiso, pero falta fútbol. Hay jugadores que han dado un paso al frente (el ilusionante Pedri, el fiable De Jong, el resucitado Dembélé...) pero hay otros que siguen desaparecidos, como Griezmann. Tiene mérito lo que ha conseguido el técnico holandés con todas las limitaciones de esta plantilla.

Especialmente compleja está resultando la sustitución de Luis Suárez. El uruguayo, regalado este verano al Atlético con la excusa de que había de ejecutar una revolución en el vestuario, triunfa ahora a las órdenes de Simeone y ya es pichichi del campeonato con 12 goles. Uno más que Griezmann (5), Dembélé (2), Braithwaite (2), Coutinho (2) y Trincao (0) juntos. A sus 34 años, Luis Suárez mantiene esa pólvora que tanto se echa de menos en el Barça. Especialmente demoledora es la comparación entre el uruguayo y Braithwaite, su teórico sustituto: Suárez marca cada 92 minutos... mientras que el danés lo hace cada 428 minutos. Entiendo que a Koeman no le guste que le recuerden cada dos por tres la eficacia del ex blaugrana, pero el rendimiento de Suárez está ahí y resulta irrefutable. Con el fichaje de Depay (que lleva 11 goles en el Lyon) igual sería diferente. Pero el Barça no tiene un duro. Con la deuda de 1.173 millones de euros que ha dejado Bartomeu no hay ni para pipas...