El nuevo negocio del Barça: fichar para vender jugadores

Todibo, listo para debutar ante el Girona

Todibo, listo para debutar ante el Girona / sport

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

El Barça juega dos Ligas, la deportiva y la económica. La primera se juega en el campo, la segunda en los despachos. En una el objetivo es sumar títulos, en la otra conseguir superávit. Las dos están íntimamente ligadas, sin una buena gestión económica es imposible generar beneficios. Sin un buen equipo las recaudaciones bajan y el déficit es inevitable. Vistas así las cosas, vamos a profundizar en el nuevo negocio del Barça para poder presentar en la asamblea una cuenta de resultados positiva.

Durante muchos años, digamos hasta 1990, el mayor ingreso del Barça venía de de los socios, abonadas y venta de entradas. Financiaba la mayor parte del presupuesto. Después comenzaron a llegar los derechos de televisión, una fuente de ingresos pequeña al principio y fundamental en nuestros días. Entre Liga, Copa y Champions, en un buen año deportivo, se pueden llegar a contabilizar 240 millones. En la última década, el patrocinio, marketing, publicidad y merchandaising también han crecido de forma espectacular. Solo de esta manera se puede entender que el presupuesto de este año supere los 900 millones con un incremente en la última década que ha doblado las cifras.

El Barça puede presumir de tener el presupuesto mas grande de todos los clubs del mundo. Esto es un honor y un orgullo, pero también una terrible obligación. Conseguir que los ingresos sean superiores a los gastos. Con este objetivo, hay que buscar todos los caminos para generar nuevos ingresos. Y es en este punto donde se abre una nueva vía de negocio. Generar nuevos ingresos con el traspaso de jugadores. Si el club ficha cada temporada entre tres y cuatro jugadores, lo normal es que salgan de la plantilla otros tantos. Hasta hace poco, se decía que el Barça compraba caro y vendía barato. Esto está cambiando. La marcha de Neymar al PSG significa un antes y un después.

Si analizamos el presupuesto del Barça de la temporada 2018-2019, nos encontramos con un  dato importante, el club prevé unos ingresos importantes en la venta de jugadores para compensar el capítulo destinado a los fichajes. Así será a partir de ahora. Los abonos de los socios suben solo el IPC mientras que los derechos de televisión no crecen como antaño. Por lo tanto, hay que vender los jugadores con los que no cuenta el entrenador. El pasado verano se fueron Deulofeu, Mina, Digne, Alcácer y André Gomes. El próximo junio se repetirá la historia con otros nombres posibles como Rakitic, Cillesen, Malcom, Rafinha y Dennis Suarez. Es cuestión de recaudar  100 millones en traspasos para poder afrontar la llegada de De Jong y otros fichajes sin que salgan números rojos en la cuenta de resultados.

Por este motivo se fichan jugadores como Malcom, con la idea que si funcionan se queden en el Camp Nou pero si no cuajan, se puedan vender a mejor precio de lo que costaron. Contratar jugadores jóvenes a bajo precio es la garantía de que si pasan por el primer equipo su valoración subirá como la espuma. Es el caso del francés Todibo, una promesa que dentro de un par de años puede tener una clausula de rescisión millonaria. Con esta perspectiva trabaja la Secretaria Técnica, con las luces largas puestas, buscando jugadores como Arthur que se revaloricen en poco tiempo. Ya no se trata de buscar solo titulares para el primer equipo, hay que buscar promesas que en un futuro puedan convertirse en un buen negocio.