Un nueve es un nueve

Lautaro, objetivo del Barça

Lautaro, objetivo del Barça / sport

Bojan Krkic

Bojan Krkic

Lautaro Martínez es un excelente delantero, un futbolista joven que ha crecido muchísimo en Italia. Son hechos irrefutables ante los que todos estamos de acuerdo. El Inter hizo un gran fichaje con él y los resultados no se hicieron esperar. Esta temporada ha dado el gran salto y, antes del parón por el coronavirus, había marcado 12 goles en la Serie A y cinco en la Champions. Son muy buenos números. 

Pero el Camp Nou no se conquista solo con estadísticas y siendo un buen futbolista. En el Barça hay que ser futbolista para el Barça. Me viene a la memoria el primer día que Mascherano se calzó las botas. Llegaba de jugar en el Liverpool, donde el fútbol es muy distinto, se lee diferente. Afortunadamente, Javier es muy inteligente y se adaptó rápido, pero tuvo que convertirse en un jugador distinto al que venía siendo hasta la fecha. Acabó desempeñando las tareas de central, pero no olvidemos que llegó para ser pivote. 

El Inter juega al contragolpe y su fútbol es mucho más defensivo del que se juega en el Barça, donde el perfil de delantero centro es muy concreto, pues se encuentra sujeto al sistema del 4-3-3. Aquí, al contrario que en el 4-4-2, sí existe verdaderamente un 9 o un pivote defensivo. Por eso, se deben fichar perfiles que exigen esas posiciones. Bajo mi punto de vista, dos nombres propios encarnan como nadie este concepto de goleadores: Samuel Eto’o y Luis Suárez.

También Henrik Larsson, aunque en su caso con un papel de revulsivo. Son futbolistas cuya capacidad de asociación permite romper defensas muy cerradas. Para mí, es una virtud imprescindible porque la mayoría de equipos suele encerrarse atrás y romper ese bloque depende de la participación activa de los puntas. Lo comprobamos en los últimos 30 minutos del partido contra la Roma, donde se echó mucho de menos una figura como esta. 

El Inter no suele llevar la iniciativa y eso me hace pensar que Lautaro pueda ocupar en el Barça una demarcación que naturalmente no es la suya. Algo que sería, ciertamente, una pena. Si me permitís un nombre, apostaría más por Firmino: un jugador asociativo, con mucha presencia y gran movilidad. No pretendo que esta reflexión se interprete como una negativa al fichaje del argentino, pero entiendo que hay que analizar muy bien su perfil porque sería imperdonable que, como pasó con Griezmann, firmemos a un delantero  para colocarlo en banda y luego quejarnos de que no sirve.

Eso no puede volver a pasar porque, aunque parezca una obviedad, un nueve es un nueve. Ese es su hábitat natural y moverlo de ahí es desaprovechar su talento. Si el Barça necesita un nueve, que lo fiche, pero que lo haga para usarlo de verdad.