La nueva utopía: el Barça de los jugadores

Xavi Hernández ha sido confirmado como entrenador del Al Saad de Catar

Xavi Hernández ha sido confirmado como entrenador del Al Saad de Catar / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

Xavi, que sabe muy bien qué dice, cuándo lo dice y por qué lo dice, contestó este sábado a un mensaje de Puyol de felicitación por su nuevo título de entrenador con una frase poco ambigua: “¡Muchas gracias nano! Contigo cerca por favor”.

La afirmación de Xavi fue interpretada al instante como una “invitación” a su amigo y excompañero a formar parte de su equipo si un día llega a ser entrenador del Barça. De todos los jugadores de la generación dorada, Xavi ha sido sin duda el más claro y directo de todos: ha proclamado desde el primer día que quiere ser entrenador blaugrana y, en la entrevista que concedió a SPORT en Teherán en su último partido, admitió que no le da ningún miedo que se le considere el sucesor de Pep Guardiola.

El caso de Puyol es diferente: fue una de las víctimas colaterales de la crisis de Anoeta y desde entonces ha guardado una distancia prudente con cualquier aspecto relacionado con el Barça, a pesar de ser un mito del barcelonismo y uno de los jugadores más queridos y respetados de esta generación.

El hecho de que este sábado Xavi insinuara que podría trabajar con su amigo sirve para recordarnos que Puyol sigue en el limbo, lejos del puesto de responsabilidad que sin duda ocupará algún día. Y sirve además para confirmar que, no sabemos si a medio o largo plazo, se empieza a configurar un Barça de los jugadores, donde los que han brillado o brillan todavía hoy, asuman a la vez cargos en los despachos en el que ha sido el club de su vida y en el que desarrollaron todo su talento como jugadores.

En el horizonte aparecen múltiples posibilidades, que hoy son solo un esbozo o quién sabe si un mero sueño de una noche de verano: Piqué presidente, Valdés o Iniesta en el fútbol base, aparte de Xavi entrenador y Puyol secretario técnico, y todo lo que se nos pueda ocurrir.

El Barça es el club de los paraísos perdidos, de los sueños imposibles, de las quimeras improbables. Quizás por ello en la lejanía se empieza a dibujar la nueva utopía blaugrana: un Barça de los jugadores. Solo el tiempo dirá si puede convertirse en realidad.