Nueva mutación de la crisis del Real Madrid

La controvertida situación de Isco, genera polémica en el Madrid

La controvertida situación de Isco, genera polémica en el Madrid / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

La crisis permanente en la que se ha instalado el Real Madrid muda cada semana, adquiere nuevas e imprevisibles formas, y es tan diabólica que ya no la apaciguan ni las victorias. Ni siquiera el gol de falta en el último minuto de Ceballos ha servido para calmar unas aguas que en la capital bajan cada vez más turbias. La marginación de Isco, ejecutada por Solari pero ideada desde arriba, es la punta de lanza de un nuevo conflicto, que adquiere tintes surrealistas: uno de los mejores centrocampistas del mundo encadena suplencia tras suplencia y ya no sirve ni para entrar de refresco cuando su equipo va empatando en el campo del Betis.

Ciertamente, el Madrid consiguió al final los tres puntos, pero con un paupérrimo 26% de posesión, una imagen de equipo minúsculo y varios cadáveres en el camino: al ostracismo de Isco se une la suplencia de Marcelo, la inoperancia de Benzema y la desaparición de Bale. Tras la huida de Zidane y Cristiano, el Real Madrid parece estar en pleno proceso de destrucción de todas sus estrellas, como si se hubiera decidido ejecutar un plan que consiste en debilitar cualquier candidato a ejercer un mínimo contrapoder.

La alineación final del domingo, con la presencia de jugadores semianónimos como Valverde, Cristo, Brahim o Reguilón, y semisuplentes como Nacho o Ceballos, parecía sacada de un torneo de verano en el que todavía no han vuelto de vacaciones los titulares. Lo sorprendente es que esta revolución de gran alcance está dirigida por un entrenador provisional, que no seguirá el año que viene y que parece destinado a hacer una limpieza exprés para que el nuevo se encuentre un vestuario libre de elementos díscolos.

Como si estuviera escrito por un guionista perverso, el destino del Real Madrid sigue su tozuda cuesta abajo desde la consecución de su 13º título europeo, prueba de que aquel éxito desencadenó más consecuencias negativas de las que haya generado jamás ningún fracaso. El fútbol genera giros imprevisibles de guión, pero cuesta imaginar cómo y cuándo podrá este Madrid recuperar la senda gloriosa de los últimos años en Europa.