Una nueva delantera de 180 millones

A falta de las firmas que certifiquen las negociaciones que todavía están en marcha pero que acabarán confirmándose, el Barça está poniendo en la delantera toda la carne en el asador en materia de fichajes.

Parece que la continuidad de Dembelé no significará ahorro alguno en la demarcación que el propio Ousmane ocupa, pues Raphinha está al caer por entre 60 y 70 millones de euros.

Aparte, el fichaje de Lewandowski acabará saliendo por no menos de 50. Y si a ello le sumamos los 55 más 10 en variables de Ferran Torres en el mercado de invierno, tendremos que el club habrá invertido unos 180 millones en una nueva delantera. Ello, sin contar el importante salario ascendente de Aubameyang.

Xavi tiene claro que hay que recuperar como sea los goles que se escaparon con Suárez y con Messi y la fórmula elegida es contratar al Bota de Oro europeo y rodearle de extremos desequilibrantes que le sirvan buenos balones para rematar.

¿Y LA DEFENSA?

A priori, con el nuevo tridente más el talento de Ansu Fati y la esperanza de que Dembélé despegue de una vez por todas, el Barça no debería tener problemas en el ataque. Desde luego, si los tuviera el fracaso sería tremendo.

En todo caso, los problemas serían para Xavi por tener que gestionar tanta calidad y tantos millones. Pero si el entrenador ha apostado por ello y no le ha importado doblar uno de los extremos con Dembelé y Raphinha, acaso renunciando a reforzar otras posiciones, será porque lo tiene claro.

Ahora bien, tamaña inversión en la delantera contrasta con el nulo gasto en la defensa, una línea que en las últimas temporadas ha dado claros síntomas de desgaste.

Christensen ha llegado libre y más con vocación de complemento que de titular indiscutible. Los dos laterales siguen sin solucionarse y a Piqué se le ha tenido que leer la cartilla para que reaccione, cosa que está por ver.

Si no queremos que los goles de la delantera se vayan por el desagüe de la defensa, falta un fichajazo atrás. Un central rápido, contundente y líder. Joven y con muchos años por delante. Vamos, Koundé o uno que se le parezca mucho. Esperemos que quede dinero para ello.

La clave

Es de esperar que tras la importante inversión en el ataque, quede algo para la defensa.